Soberanía 2021, no hay tiempo que perder

Hace cinco años lanzamos con timidez la propuesta soberanía 2021. Todavía recordamos que una de las primeras personas a las que hicimos el reto fue a Berta Cáceres. Ella escuchó detenidamente, con ceño fruncido, y a medida que escuchaba sus ojos se volvían más vivaces, y sin dudarlo dijo con decisión que hacía suya la propuesta y la empujaría entre las diversas organizaciones sociales, étnicas y populares del país.

Nuestra sociedad tiene tantos agujeros, que la vida entera nos la pasamos invirtiendo nuestras energías en tapar agujeros, y en ese empeño quedamos atrapados en la lógica interminable de tapahuecos. Así las cosas, cuando propusimos hace cinco años que eleváramos la vista hacia unos años adelante, y nos articuláramos en la construcción de la propuesta “Soberanía 2021”, éramos conscientes que mucha gente haría caso omiso de ella porque los apuros y las tareas inmediatas y de sobrevivencia son implacables.

Pasaron los meses, los ajetreos y las urgencias parecieron haber dejado en papel mojado aquella propuesta; Berta fue asesinada hace ya cerca de tres años y las agendas de las organizaciones se atiborraron de actividades muy importantes, impostergables, pero bajo la implacable supervisión del insaciable marco lógico. Una propuesta a mediano plazo estorba, atrasa, distrae de las urgencias inmediatas.

Sin embargo, la tierra no solo es pedregosa ni es solo tierra espinosa. La propuesta encontró tierra fértil. Muchas comunidades y organizaciones no solo han escuchado la propuesta, sino que la han hecho suya, lo mismo que algunas decenas de comunidades parroquiales han escuchado y asumido la propuesta “Soberanía 2021”. A nivel centroamericano, las organizaciones del apostolado social de los jesuitas, así como las entidades que conforman la Comisión Centroamericana de Medios de la Compañía de Jesús de Centroamérica, CCAM, han asumido la propuesta como un proyecto centroamericano por la emancipación de los pueblos de la élite patriarcal, racista y capitalista que ha conducido el destino de las sociedades centroamericanas desde hace 200 años.

Quedan muy pocos años. Dos apenas para que se cumpla el bicentenario de aquella oprobiosa firma del acta de independencia que la firmaron los criollos para prevenir que el pueblo lo hiciera con sus propias manos porque traería terribles consecuencias.  Desde entonces las élites han tenido dos comportamientos que a veces se pasan a la gente expoliada: uno, “prevenir” que el pueblo sea protagonista, y dos, “serviles” ante las potencias externas.

¿Dejaremos que la élite servil y vende patria organice con toda su pompa los festejos del bicentenario, o les ahumaremos su fiesta con nuestra propuesta Soberanía 2021? Solo quedan dos años, no tenemos tiempo para acentuar dudas, desconfianzas o sospechas, o preguntarnos quiénes serán los protagonistas. Metámonos de lleno, con los protagonismos de cada organización y cada uno de los liderazgos. Agendas particulares y marcos lógicos aparte, esto es asunto de soberanía, y no tenemos tiempo que perder.