Un comentario inútil

Así es, porque se trata de comentar sobre el papel del Departamento de Estado de los Estados Unidos y de su Embajada en nuestra capital. Son años, décadas, siglos, convencidos que poseen la verdad y con esa soberbia nos miran y nos tratan. Acaban de decidir sobre quién ha de seguir siendo el Fiscal General del Estado. Y lo han hecho como siempre: a través de sus “aliados”, entre comillas, internos, los de la burocracia política, a quienes a lo largo de los años los han convertido en serviles de sus decisiones.

Esto es así porque ellos siempre entendieron que nosotros somos un país de segunda, tercera o cuarta, que no merecemos trato digno, que solo servimos para ponernos de rodillas ante sus mandatos, y a cambio de esa práctica humillante, se llevan nuestros bienes y nos conceden regalías y favores.

Aunque sabemos que ellos no escuchan, ni tienen interés en dialogar, nos obligan a dialogar conforme a su formato. Ellos ponen y quitan presidentes según el tamaño de sus intereses. Ellos bien saben que el actual régimen no es de los hondureños. Es el mandatario que eligió el Departamento de Estado. Y no es porque confíe en Juan Orlando Hernández, sino porque no tiene confianza en el pueblo hondureño.

Por más de un siglo así han actuado y procedido en su relación con nosotros. Seguimos siendo su patio trasero, y la despectiva banana republic. Y en este tiempo todavía con mayor desprecio, como si fuésemos delincuentes o terroristas. Y así actúan con nuestros compatriotas migrantes.

Nunca podrán aceptar que la migración forzada, la situación de violencia e inseguridad, la corrupción y la impunidad, finalmente son subproductos de sus propias políticas. Ellos confeccionaron a los políticos para que llegaran al nivel actual de serviles y corruptos. Ellos han apoyado este modelo conducido por una reducida élite que produce desigualdades tan extremas que la gente no tiene otros caminos que mal morirse de hambre, o delinquir o agarrar camino hacia el norte.

En la festividad de su independencia, la Embajada se vanagloria de ser ejemplo de libertad e independencia. Sin embargo, también queremos recordarles, aunque sus oídos quedaron sordos para siempre, que su modelo de libertad e independencia a lo largo de los siglos ha sido a costa de esclavizar y dominar a otros pueblos. Entre esos pueblos estamos nosotros, y en este día queremos expresarles que los políticos serviles son pocos, que una enorme mayoría de hombres y mujeres, somos un pueblo que siendo pequeño, empobrecido y oprimido, tenemos una dignidad que no la vendemos, y por eso mismo demandamos respeto para construir nuestra soberanía sin que tengamos que arrodillarnos ni ante ellos ni ante nadie que solo quiera someternos como esclavos.