Desde 2006 la Ciudad de México no había sido escenario de asesinatos a periodistas hasta que la semana pasada, en una zona residencial de clase media, fue asesinado el fotoperiodista Rubén Espinosa junto a 4 mujeres, una de ellas activista del movimiento #YoSoy132.

Espinosa vivía en Veracruz, donde trabajaba como fotoperiodista de la revista Proceso y diversos medios de comunicación que publicaban su trabajo. Sin embargo la situación de violencia contra los periodistas en este estado lo hizo huir al DF. Muchos de sus colegas lo describen como un hombre muy comprometido con la libertad de expresión, aguerrido y lleno de esperanza.

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En 2012, una colega de Rubén, Regina Sánchez, fue asesinada en Veracruz tras múltiples amenazas. Según una noticia publicada por la Associated Press, Espinoza cubrió ese año una protesta estudiantil y mientras tomaba fotografías de las agresiones que policías hacían a estudiantes, un representante del gobierno le advirtió que acabaría como Regina si no dejaba de tomar fotografías.

Tres años después, cuando Rubén ya estaba en el exilio, refugiado en el DF (zona segura para periodistas), fue asesinado junto a 4 mujeres y las autoridades dan su primera hipótesis: robo.

El Estado es juez y parte

En el mandato del gobernador Javier Duarte (desde 2010), en Veracruz han sido asesinados 13 periodistas. Rubén Espinoza huyó de este estado al que Artículo 19 describe como uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo.

Lucía Vergara de Artículo 19 asegura que el Estado se hace juez y parte ya que está evidenciado que son las autoridades quienes agreden más a la prensa, incluso más que el crimen organizado.

“El 47% de las agresiones vienen por parte de funcionarios públicos, el 11% del crimen organizado. El estado es el que más agrede, cuando era el mandato de Calderón se decía que todo lo que pasaba a los periodistas era por andar en malos pasos, desde la premisa que todo el que es mi enemigo es un criminal, cuando en realidad solo son personas que critican las administraciones, cualquiera que hace contrapeso es un enemigo”, dijo Lucía.

En un reporte para Radio Progreso, Vergara señaló varios compromisos que el presidente Enrique Peña Nieto hizo durante su campaña política y que a tres años de mandato, ha ignorado.

“Desde que EPN estaba en campaña su compromiso era tener un gobierno democrático, garantías para que las agresiones a la prensa pararan, respeto a la libertad de expresión, condiciones adecuadas para la existencia de una prensa crítica y abierta. A tres años de su gobierno, si tanto le interesara a EPN la situación de la prensa, el sería el primero en pedir resultados a su gabinete a través del mecanismo de la Fiscalía Especial para delitos contra la libertad de expresión de la Procuraduría de Justicia. Vemos a un presidente que se queda callado que no hace exigencias ni contrapesos.

La impunidad ante estas agresiones es claro ejemplo que el gobierno federal como estatal no están interesados en la libertad de expresión, y es un mensaje para la prensa: si no quieres recibir agresiones ya no basta con que te vayas sino con que te calles”, explicó Vergara.

Además otro compromiso de EPN en campaña fue la regulación de la publicidad oficial, cosa que ha utilizado para callar a la prensa en vez de pluralizarla como decía en campaña.

“Cada año el gobierno de EPN destina más presupuesto para gasto en publicidad oficial en los medios de comunicación concentrado en dos (TV AZTECA y TELEVISA). Esta es una forma de callar a la prensa. Hemos visto diferentes críticas en las que señalan que el gobierno gasta más en poner una imagen bonita en televisión que informar lo que está pasando en Méjico, qué hacen las autoridades que es para eso que está destinada la publicidad oficial. Y utilizan ese dicho: No te pago para que me pegues. Quien recibe grandes cantidades de dinero del Estado solo tiene la opción de callar”, dijo esta activista.

Artículo 19 instó al gobierno a que agote todas las  líneas de investigación, especialmente la que tiene que ver con el trabajo periodístico de Rubén, línea que al parecer se pretende ignorar. Actualmente se ha hecho mucho énfasis por parte de las autoridades en que la hipótesis del asesinato tiene como causal un robo y que Espinosa no estaba en México refugiado por amenazas sino buscando mejores oportunidades de trabajo.

¿Quién es Javier Duarte?

Es importante destacar que cuando Rubén se mudó a Xalapa, en Veracruz, uno de sus primeros trabajos fue como fotógrafo Javier Duarte cuando era candidato a gobernador. Posteriormente trabajó como fotógrafo de quien fuera la alcaldesa de Xalapa, la también priísta Elizabeth Morales.

Dejó de trabajar en el sector público por sus posturas críticas contra la violencia hacia los periodistas en el estado.

Javier Duarte es un abogado, actual gobernador constitucional del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave para el periodo 2010 al 2016. Amigo del presidente Enrique Peña Nieto, correligionarios del mismo partido (PRI).

Durante el gobierno de Duarte se ha presentado un aumento drástico en los delitos cometidos contra periodistas. Hasta agosto de 2015 se reportó que durante su mandato en Veracruz habían sido asesinados de 13 reporteros, otros tres habían desaparecido y decenas más se habían autoexiliado fuera del estado por amenazas de muerte en su contra. Igualmente durante su administración se han presentado múltiples ataques contra oficinas de prensa con granadas y armas de alto poder. En diciembre de 2011 la asociación Reporteros Sin Fronteras calificó al estado de Veracruz como uno de los lugares más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo.

Zonas de silencio

“No importa lo que cubra, aquí en México entre más silencio haya, mientras todos los medios repliquen el discurso oficial, ellos estarán más cómodos.

Por ejemplo en Tamaulipas se hablaba hace un tiempo de violencia contra la prensa, ya no se habla de eso porque ya no hay prensa. Es un punto de silencio, como se puede convertir Veracruz también. Son los puntos rojos que encontramos, tenemos ubicado a Veracruz como un lugar más peligroso para ejercer el periodismo, Quintana Roo, Oaxaca, DF. La única solución que han encontrado para sobrevivir muchos periodistas es callar” cuenta Vergara mientras recuerda que hace unos años en Veracruz también fue asesinado otro periodista llamado Moisés Sánchez de quien se sospecha fue mandado a matar por el alcalde. Igualmente Karla Silva en Guanajuato quien fue mandada a golpear por parte del alcalde.  “Los malos están en estructuras ilegales pero también en las legales, en el Estado”.

Suscribimos lo que en su cuenta de Facebook el reconocido periodista fundador de El Faro.net Carlos Dada expresó: “El gobierno federal mexicano, y particularmente el presidente Peña Nieto, están pasando por su momento más débil. Tras los escándalos de corrupción de la llamada Casa Blanca, la masacre de los 43 estudiantes en Ayotzinapa, la huida del Chapo y ahora esto, su gobierno está en crisis. Su falta de protagonismo en este caso solo evidencia más su debilidad y aislamiento.”

El periodista Rodrigo Soberanes, colega y compañero de Rubén en el proyecto Periodistas de a Pie escribió lo siguiente para esta edición:

“Lo primero que pienso cuando lo recuerdo es que era un tipo realmente bueno, bien intencionado y llevado por completo a sus ideas. Su trabajo estaba enfocado a lo social y a los detalles cotidianos.

Era realmente bueno. La última vez que lo vi, hablaba de miles de planes para desarrollar su trabajo, incluso fuera del diarismo. Hablaba sin parar, horas tal vez. Soñaba despierto.

No siento que su trabajo estuviera enfocado a molestar al gobierno, Rubén creo que más bien era un tipo que proponía y recreaba su mundo a través de su trabajo. Otra cuestión era su activismo en defensa del periodismo en Veracruz, donde 14 periodistas han sido asesinados en cuatro años.

Le gustaba organizar acciones, dar la cara él mismo, promover foros de discusión sobre las agresiones a la libertad de expresión en Veracruz. Tenía un grupo de fotógrafos en el que articulaban acciones.

Siempre estuvo en las manifestaciones en la calle por los colegas asesinados. Fue uno de los que impulsó la colocación de la placa en honor a Regina Martínez en la plaza central de Xalapa. Cuando el gobierno la quitó, él la volvió a colocar. Creo que eso lo define. Así se enfrentaba al poder.

La situación del periodismo en el país está marcada por la impunidad. Cada vez que matan a un periodista ya todos sabemos que lo primero que hará la autoridad es descartar el periodismo como posible causa del crimen. Eso nunca ha fallado, es el guion que tienen y lo están aplicando en el caso de Rubén, Nadia Vera y las otras tres mujeres.

Hay nuevos mecanismos de protección que no se aplican y si se aplican no sirven, como pasó con Rubén. Hay fiscalías especiales para delitos contra periodistas a las que hay que rogarles que atraigan los casos. El asesinato de Rubén, por ejemplo, ni por asomo fue investigado por esa fiscalía.

Esta impunidad está acompañada por un desdén de la sociedad civil en México que históricamente ha sido desinteresada y manipulable. Pruebas de eso son muchas».

La realidad de Honduras no es tan alejada, incluso se habla de la “mexicanización” de nuestra realidad.  De acuerdo con el análisis estadístico de C-Libre, las muertes de periodistas y trabajadores de medios de comunicación incrementan en Honduras coincidentemente cuando aumenta la protesta social y desde 2003 ya son 38 los periodistas asesinados. Honduras se parece a México, la militarización con la excusa de la “lucha contra el narcotráfico”, gobiernos similares, compromisos falsos en la lucha por la libertad de expresión (como el mecanismo de protección a periodistas y defensores y defensoras de DDHH creado en Honduras y también en México), la ganancia del territorio por parte del crimen organizado, un estado donde ya no se distingue la línea que separa la criminalidad de la institucionalidad estatal, son solo una muestra. Así marchan nuestros desangrados países de la mano, como de la mano van muchos periodistas que siguen incomodando a quienes tienen el poder.