Lunes 22, Enero 2024  

“En modo electoral”

Así lo dijo una persona luchadora social luego de escuchar críticas sobre la campaña proselitista prematura así como ha comenzado el año. Lo dijo con claridad: “si en estos dos años no hemos hecho nada, no hemos salido a ninguna parte a defender y luchar por nuestros derechos, si hemos pasado desmovilizados, entonces al menos pongámonos en modo electoral”.

Y así va la vida. Encuentros, redes sociales, lenguajes e incluso corazones ya están muy bien colocados en modo electoral. Quienes andan en proselitismo político suelen repartir a altos intereses lo que gratis reciben del Estado. Lo que dan lo cobran y con altos intereses. No lo cobran con dinero, sino que realizan obras, entregan provisiones, bonos tecnológicos, exaltan perfiles, denigran o desacreditan nombres, corrientes y partidos.

Reparten dádivas a diestra y siniestra, emplean y ofrecen empleos. Todo, o casi todo, proviene de bienes del Estado. Pero resaltan personas y corrientes mucho más que al Estado. Lo dan como si fuese de ellos, luego cobran con la adhesión de los beneficiarios a la candidatura y a la corriente.

Se sabe de activistas o funcionarios que en el proselitismo desaforado, están listos a dar empleo a quienes dan muestra comprobada con documentos de que votaron por el partido y se comprometen a hacer campaña a favor de quien o quienes han hecho el favor de emplearlos. Así va la vida, nada dan gratis, lejos está aquel dicho evangélico de que “gratis recibieron gratis lo han de dar”.

En estos asuntos de campañas, el pago es con altos intereses. Es un proselitismo usurero. Quien no esté dispuesto a pagar estos intereses, queda fuera de todo beneficio, y si alguien es empleado por estas vías de recomendación proselitista y luego no cumple, es despedido sin remedio y queda fuera de cualquier corredor  de la campaña oficial.

Sin embargo, la sola lucha social sin aspirar a acceder a puestos públicos para servir, tampoco es camino efectivo. Es necesario unir los dos caminos, no se puede caminar en sendas paralelas. Tanto la lucha social política es fundamental para presionar a que el Estado responda a las demandas sociales, como la lucha política electoral es fundamental para acceder al Estado y desde sus estructuras dar respuestas efectivas a las demandas de la sociedad organizada.

De ahí, la fuerza que tiene lo que dijo la persona luchadora social: si no se ha hecho nada efectivo en dos años, entonces es importante que sin dejar la lucha en las trincheras sociales, las organizaciones también se sitúen en “modo electoral” para avanzar hacia un Estado que, más que proselitista, sea democrático, popular y de respeto a los derechos humanos.