Lunes 15, Enero 2024  

Guatemala, hoy nos representa

La democracia triunfó en Guatemala. Al menos por ahora. De agosto del año pasado al 14 de enero la sociedad guatemalteca pasó en vilo. Los integrantes del Pacto de Corruptos, incrustados en el Ministerio Público, en la Corte Suprema de Justicia, en el Congreso Nacional, en el corazón del gremio empresarial y en el crimen organizado –presente en toda esa institucionalidad pública y privada—se afanaron por impedir que se cumpla la voluntad popular. Y lo hicieron hasta el último momento.

Estos mismos integrantes del Pacto de Corruptos cerraron filas años atrás para impedir que la CICIG cumpliera con la misión de acabar con la impunidad y la corrupción en la que se cobijan todos esto grupos criminales. Y finalmente lograron su propósito, la CICIG tuvo que desaparecer y toda la institucionalidad de Guatemala quedó bajo el reino de la corrupción institucionalizada.

Los augurios entre los resultados electorales y la toma de posesión del nuevo gobierno eran patéticos. Muy poca gente creía que se podía llegar al 14 de enero sin haber sucumbido ante los poderosos colmillos de las mafias. Es impensable haber llegado al cambio de mando presidencial del presidente Bernardo Arévalo y la Vice presidenta Karin Herrera sin la fuerza del Partido Movimiento Semilla, pero sobre todo sin las largas jornadas de resistencia de amplios sectores de la población bajo el liderazgo y conducción de las autoridades ancestrales de los pueblos indígenas guatemaltecos.

Una vez que el gobierno ha asumido su mandato, ahora queda la inmensa tarea de sostenerse en el poder. Si se vencieron todas las zancadillas por la fuerza movilizadora de la resistencia conducida por las autoridades ancestrales indígenas, es impensable que el gobierno de Arévalo se sostenga sin esta fuerza popular, y la condición para que esto sea así, es que el gobierno de Arévalo se mantenga pegado y se deje conducir por esa sabiduría indígena y popular al tiempo que atender sus demandas históricamente postergadas. 

Es inevitable: Centroamérica somos pedacitos de países en una zona pequeña del continente. Lo que pasa en un paisito repercute en los demás. En Guatemala está hoy en cuestión el respeto a la voluntad del pueblo expresada en las elecciones. Triunfa la democracia en Guatemala, triunfa toda Centroamérica. Fracasa, y nos hundimos todos los pedacitos de países. Incluyendo, por supuesto Honduras. Por eso mismo, Guatemala hoy nos representa.