

La oscuridad anuncia un pronto amanecer
En Nicaragua lo que tenemos es un atentado a las libertades individuales, a los derechos propios de una democracia y un golpe frontal al pensamiento crítico, a la docencia y a la investigación.
Es cierto que Daniel Ortega y Rosario Murillo vienen de los cruentos años de la guerra anti somocista, pero los perseguidos actualmente, en su mayoría, provienen de esos mismos ambientes, y se jugaron la vida en defensa de la revolución y del pueblo nicaragüense. La UCA de Managua se jugó su prestigio en los años cruentos de lucha anti somocista poniendo lo mejor de su tradición académica y de investigación al servicio del diálogo y de la paz.
Lo de Nicaragua se llama tiranía, no denunciarlo es cerrar los ojos ante lo evidente, y es al menos una complicidad con el oscurantismo, la violación a la libertad y al derecho a vivir en democracia. No decir la verdad a estas alturas de la barbarie es complicidad con un régimen que protege delincuentes que huyeron por haber sido parte de de la narco dictadura hondureña.
Expresamos nuestra solidaridad con las víctimas, con la comunidad universitaria de la UCA y exhortamos a la comunidad hondureña y a la comunidad internacional que creemos en el pensamiento científico y crítico a unirnos para demandar que se restablezcan todos los derechos conculcados en Nicaragua y a que repudiemos un régimen que se ampara en un pasado revolucionario para afianzarse como tirano y criminal.
Al manifestar nuestro abrazo con quienes son atropellados por expresar su derecho a vivir en democracia, nos convencemos más que nunca en lo que dicen los poetas que cuando más oscura es la noche más pronto vendrá el amanecer. Y en esa certeza alimentamos nuestra solidaridad y lucha.

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