Por una paz con justicia, firme y duradera
Somos parte de un mundo que se consume en conflictos y guerras que expresan una derrota de la humanidad. Además, la acumulación infinita de riquezas en reducidas corporaciones y países a costa de la miseria de pueblos enteros que se mueren de hambre, es un grito que ha de convocar a los corazones y las mentes más sensibles y solidarias a unirnos para exigir un cambio de rumbo para nuestra humanidad.
Es pavoroso especialmente el exterminio al que está expuesta la población civil en la Franja de Gaza, en Palestina. Las imágenes y lamentos que nos llegan de esa población son desgarradores, y más todavía cuando esos indiscriminados bombardeos se hacen en nombre de creencias religiosas para así ocultar verdaderos intereses expansionistas y de control de territorios y recursos por parte de las grandes potencias mundiales.
Ante ese exterminio del que somos testigos, no se vale la indiferencia y posiciones políticas, ideológicas o religiosas. Lo que está ocurriendo es una matanza, una carnicería a vista de toda la humanidad. Y es más doloroso que una carnicería así pudiera ser detenida si hubiese voluntad política internacional.
Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea, no solo no actúan para detener estas matanzas, sino que están comprometidas e involucradas, especialmente el gobierno estadunidense, con el suministro de armas y respaldo político al gobierno sionista que conduce actualmente el Estado de Israel.
Aquí no es asunto de defender y estar de acuerdo con el movimiento Hamás, con su cuota de responsabilidad en el actual conflicto. Ni se trata de estar a favor o en contra del pueblo de Israel. Lo que está en juego es la vida amenazada de millones de seres humanos civiles que son víctimas de una guerra exterminadora, y que en este momento que expresamos esta Nuestra Palabra, están cayendo inmisericordemente con el visto bueno de las grandes potencias mundiales, lideradas por el gobierno de los Estados Unidos.
Es lamentable que en estas carnicerías como la que sufre la población civil palestina, la ONU resulte ser una instancia multilateral inservible. Desde el ERIC y Radio Progreso nos unimos a la voz del papa Francisco y de todas las voces solidarias de la humanidad para clamar y exigir un cese al fuego y el respeto a los estándares internacionales que han sido aprobados en el seno de las Naciones Unidas. Clamamos por el cese al fuego, la solidaridad con las poblaciones civiles bombardeadas y por el diálogo que conduzca a una paz firme y duradera.
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