

14 años a la sombra del golpe
La sombra de golpe se mide por la capacidad o la incapacidad que tenga un Estado para tomar sus propias decisiones. En Honduras esa sombra se expresa en el modelo de inversiones que sigue bajo el control de la alianza de la élite oligárquica, la burocracia política y las transnacionales.
La sombra del golpe de Estado se expresa en el modelo que aumenta la brecha de las desigualdades que empobrece a millones de personas y las obliga a emigrar masivamente hacia Estados Unidos, a la vez que criminaliza y asesina a ambientalistas y defensores de la tierra y de los derechos humanos.
La sombra del golpe de Estado se expresa en un modelo que exonera de impuestos a los empresarios más acaudalados y obliga a los pobres a pagar más tributos. Empresarios que ponen el grito al cielo cuando se propone un sistema tributario que cambie las reglas del juego eliminando privilegios y promoviendo que toda la gente tribute conforme a sus ganancias e ingresos.
La sombra del golpe de Estado se expresa en la debilidad institucional del Estado, lo cual explica la excesiva concentración del poder en muy pocas personas que además tienen firmes lazos familiares entre ellas. Y cuando quienes controlan las decisiones oficiales hacen memoria selectiva de los mártires, dejando que unos sean oficialmente nombrados, otros olvidados y otros ignorados de un tajo por la historia oficial.
La sombra del golpe de Estado se consolida cuando aumenta la militarización y crece la respuesta militar, policial y represiva ante los diversos conflictos del país, y cuando en lugar de investigar y judicializar a los traidores de la patria y a los que conforman el pacto de impunidad, se persigue sin piedad a los delincuentes de base y a los que están en condiciones de mayor indefensión.
La sombra del golpe de Estado se hace sentir cuando los medios de comunicación controlan e implantan la agenda nacional conforme a intereses de los más altos propietarios de empresas corporativas y cuando constituyen un aparato no formal, pero efectivo, de control de la noticia, de la libertad de expresión y consolida así lo que se da en llamar un “cerco mediático”.
La sombra del golpe de Estado es persistente cuando la gente es víctima de tres tentaciones: una, la tentación del inmediatismo, de querer respuestas fáciles, rápidas y a muy corto plazo. Dos, la tentación del conformismo y del encierro, del sálvese quien pueda ante la sensación de que nada se resuelve. Tres, la tentación de la huida, el escape, sea huir literalmente del país, sea buscar soluciones en una secta religiosa, sea a través del alcohol, las drogas, el fútbol o en los programas televisivos cargados de ofertas sentimentales y de violencia.
¿Persisten esas sombras del golpe de Estado en nuestra Honduras actual?
Escuchar y descargar Nuestra Palabra