Casas matrices de la corrupción

La incautación de los edificios sedes del Partido Nacional y Partido Liberal es simbólica en la lucha contra la corrupción. Más allá de los vericuetos jurídicos si son las personas o los edificios los que delinquen, una cosa es inobjetable: en esas dos instalaciones e instituciones está la matriz de la corrupción en Honduras.

Al echar una mirada hacia atrás encontramos que de esas dos instituciones políticas han salido los verdugos que han manchado y siguen manchando de sangre la patria, son la cuna de las dictaduras de la primera mitad del siglo veinte, de los regímenes militares y de la Doctrina de seguridad nacional en la segunda mitad del mismo siglo. Son los intelectuales de la gobernanza desde el “encierro, destierro o entierro” con quienes no piensan como ellos.

De esas mismas instituciones salieron las personas y las iniciativas económicas que entregaron la soberanía a transnacionales y al gobierno de los Estados Unidos. Y hoy muchos siguen con la mano extendida esperando que otros vengan a resolver lo que por ley nos corresponde.

Son los mismos que en vez de eliminar el ejército, como lo hizo Costa Rica, les entregaron súper poderes a los militares, y gracias a su talento hoy nos exponen en las galerías de golpes de estado, de ejecuciones extrajudiciales, de las noches oscuras de desapariciones forzadas y en las novelas de los barones del narcotráfico.

Un estudio reciente del ERIC, denominado Elites, redes de poder y régimen político en Honduras establece que “los diputados propietarios reelectos en las elecciones generales que se llevaron a cabo entre 1989 y 2013 (siete procesos eleccionarios continuos), los partidos Nacional y Liberal acapararon, el 94.7% de los diputados propietarios reelectos”.

Muchos de esos diputados reelectos se aliaron con sectores del crimen organizado para traficar cocaína, y hoy están extraditados en Estados Unidos, y en esas sedes fue donde se diseñaron las estrategias empresariales y criminales para saquear el Instituto Hondureño de Seguridad Social o la Secretaría de Agricultura y Ganadería, por mencionar algunas de sus obras criminales.

Estos dos partidos tienen la máxima responsabilidad en el deterioro institucional en que hoy vivimos y son los principales responsables de impulsar el modelo económico que hoy está privatizando los servicios públicos y destruyendo nuestros ríos y montañas, dejando miseria y destrucción a su paso.

Este breve recorrido sobre las atrocidades cometidas por estos dos partidos políticos en Honduras amerita no sólo incautar sus sedes, sino abrir una investigación criminal para quitar sus personerías jurídicas, ya que son auténticas asociaciones criminales que están traficando con los bienes públicos y riquezas naturales de Honduras.

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