El nombre de la risa

Intentando parafrasear la novela más conocida del escritor Umberto Eco, muerto hace pocos años, en la que dos frailes hacen uso de métodos científicos para investigar las muertes en un convento, más allá de creer que son designios de la providencia. Lo que pasa en la actualidad, en la sociedad hondureña, más que asuntos de seriedad, lo que parece son argucias que generan las risas y burlas de quienes gobiernan y los grupos de poder que representan en contra del pisoteado pueblo hondureño.

Los casos de Fe de Erratas, Red de Diputados, Caja Chica de la Dama, Caja de Pandora, todos ventilados a la opinión pública han durado, como dice Joaquín Sabina,  “lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rock”. Las investigaciones que se están llevando a cabo desde la UFECIC chocan directamente con el muro de la impunidad, que está siendo sostenido por los togados responsables de ver dichos casos. Que la investigación choque con ese muro de impunidad en la máxima casa de la justicia, provoca creer que se imparte justicia en el nombre de la risa.

Diario La Tribuna, propiedad del también dueño del partido Liberal, critica que miembros de la UFECIC opinen en un foro en los Estados Unidos y se pregunta sí eso está dentro de los preceptos de la ley, pero ese mismo diario capitalino guarda silencio cuando el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Rolando Argueta, emitió comentarios sobre el caso Pandora. Su doble moral periodística parece que se basa en el nombre de la risa y la burla hacia el pueblo hondureño.

La crisis del transporte, dicen los representantes del gobierno, está superada. Nada más alejado de la realidad: la inseguridad, que es responsabilidad de los empresarios del transporte y del gobierno, ni se trató en dicho acuerdo. El altísimo costo de los combustible sigue intacto, entonces ¿qué es lo que se resolvió?; por el contrario en lugar de rebajar se aumentó el valor del pasaje afectando directamente la precaria economía de la población. El gran beneficiario de todo esto: el empresariado térmico y energético que siguen con sus tremendos contratos intactos. Esas negociaciones del gobierno se hacen en el nombre de la risa de los grupos de poder real en el país.

Los diálogos son otra situación fallida del gobierno. El diálogo político de las crisis poselectoral sigue como una voz que clama en el desierto. El diálogo que encamine a un pacto fiscal es otro espacio estéril que no tiene avance alguno; las relaciones precarias con los sectores de salud, educación y organizaciones defensoras de derechos humanos, son ollas hirviendo porque el gobierno convoca a esos diálogos en el nombre de la risa y burla a la ciudadanía en general. La instalación de mesas de transparencia y anticorrupción, en la que los representantes de los tres poderes del Estado estuvieron presentes, todos miembros activos del acaparador partido Nacional, también es cosa que se hace en el nombre de la risa y la burla hacia el pueblo hondureño.

Ya basta de gobernar en el nombre de la risa y la burla de los sectores poderosos a costa de la dignidad del pueblo hondureño.  Esas burlas y risas, tarde o temprano, se convertirán en seriedad y cansancio del pueblo a esos grupúsculos que hacen lo que tengan que hacer para gobernar en el nombre de la risa y la burla.