Jueves, 13 Julio 2023  

La Fiscalía del Ministerio Público

La Fiscalía del Ministerio Público tiene el importante papel de garantizar justicia a la ciudadanía, especialmente a la más indefensa, cuando es víctima de abusos y de delitos. A través de ese servicio, la Fiscalía contribuye a la democratización del país y a garantizar el respeto a los derechos de los miembros de la sociedad entera.

La Fiscalía del Ministerio Público se creó en 1993, y su institucionalidad es todavía precaria. Aunque se han dado algunos pasos, los magros resultados manifiestan que a la Fiscalía le falta mucho para que cumpla con sus funciones de garantizar justicia a la población agraviada.

En veinte años de existencia, la Fiscalía se ha mostrado incompetente para llevar exitosamente a los tribunales a los delincuentes de altos vuelos, esos mismos que han saqueado las arcas del Estado y quienes se amparan en la impunidad que les ofrece el propio sistema de justicia para enriquecerse y delinquir. Aunque la Fiscalía fue creada para una recta aplicación de la justicia, en la realidad sus funcionarios siguen siendo duros con los débiles y débiles con los fuertes.

La Fiscalía es una institución del Estado con muy buenos ideales y con funciones debidamente delimitadas, pero en los hechos es una instancia sin políticas de Estado firmes y con una precariedad institucional que la hace dependiente de las arbitrariedades y caprichos de la política tradicional y de los grupos económicamente poderosos del país. Unos días atrás, una fiscal del Ministerio Público desenfundó su arma de reglamento, y en tanto funcionaria, amenazó de muerte a un triste cobrador de factura de energía eléctrica. Eso es corrupción en tanto uso perverso de los bienes que han sido creados para que las personas vivan y crezcan con dignidad.

A la Fiscalía del Ministerio Público le falta lo que le falta al Poder Judicial: independencia de intereses partidarios y del poder económico. Mientras no cumpla su función con honestidad y en apego a su mandato constitucional, la justicia en Honduras siempre será arbitraria y caprichosa. Para lograr esta independencia y para que la Fiscalía funcione como institución, los diversos sectores sociales y populares organizados deben jugar un papel activo, vigilante y propositivo. Sólo así podremos contar con una Fiscalía que contribuya a que la justicia se reparta y comparta “como el sol se reparte en el verano”.

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