Octubre en rebeldía

En estos meses de fraudes y dictaduras, la oposición se ha manifestar en rebeldías. Quienes expresan y se organizan para las rebeldías contribuyen a sembrar la semilla para que brote y crezca la soberanía popular que ha de devolver la identidad perdida a nuestro pueblo.

La rebeldía no es porque la gente sea revoltosa o porque esté opuesta al desarrollo, como lo vocifera el régimen fraudulento en plena comparsa con los medios corporativos. La rebeldía es un rasgo que expresa la voluntad de muchos sectores hondureños porque se respete la soberanía nacional en el cuidado de los ríos, la minería, la tierra y en todos los bienes comunes y servicios públicos.

La rebeldía que están presentes en comunidades del Aguán y Atlántida, de Yoro y Copán, de Santa Bárbara y el sur del país, en lugar de ser negativas, son rasgos de una verdadera protesta social y política la cual canaliza el descontento de un pueblo que necesita que se oiga su rechazo a la imposición.

La protesta social y política necesita otro factor para que la rebeldía no se quede atrapada en la coyuntura, y no se quede colgada y sin saber qué hacer una vez que dirigentes de cúpulas “dialoguen” y negocien para poner fin a la actual crisis. Ese factor es la propuesta popular transformadora, que no se queda atrapada en la coyuntura ni se define en las alturas de los poderes, sino desde la realidad y la participación y en fidelidad a las demandas y necesidades de los sectores populares comunitarios y de base.

Octubre siempre ha sido un tiempo para la rebeldía. Nunca como hoy se cuenta con una oportunidad tan propicia para inyectarle a las luchas sociales la dosis de identidad y autonomía frente a quienes nos imponen reelecciones, fraudes, represión, corrupción y dictaduras.

Mientras comunidades y organizaciones sociales defienden sus derechos territoriales ante amenazas de concesiones de ríos y minerías, y mientras se criminalizan a los auténticos liderazgos comunitarios y sociales, se dejan oír voces confusas que halan de negociar reelecciones que no pueden existir legalmente mientras no lo apruebe el soberano expresado en consulta popular o en constituyente. ¿Cuál ha de ser la prioridad en las rebeldías actuales hondureñas? ¿La defensa de nuestra soberanía y defensa de los luchadores que hoy están siendo criminalizados, o meternos en campañas prematuras electoreras?

La rebeldía popular con su propuesta soberana transformadora ha de dar coherencia a las luchas locales territoriales en el marco del repudio de la dictadura y de la lucha contra el actual modelo neoliberal. Así, desde esta alianza entre diversos sectores sociales, ser como oposición rebelde y se evita legitimar a los eternos triunfadores de una patria vendida y alquilada.