“Si nos descuidamos nos pasará lo mismo que pasó en Valle de Siria” José Francisco Gutiérrez del comité de protección ambiental de Victoria, Yoro, dijo esto en un programa de Radio Progreso, después de un conversatorio que realizó la comunidad, ante la amenaza de dos explotaciones mineras en la parte alta del municipio donde están asentadas 25 tribus indígenas tolupanes.
Para las comunidades de Victoria, Yoro, pensar en las consecuencias que deja la minería a cielo abierto en Honduras, es echar una mirada a la situación que padecen miles de familias en el Valle de Siria, donde poco a poco están muriendo producto de la contaminación que dejó la empresa Entremares, subsidiaria de Goldcorp Inc. de Canadá, en el proyecto minero “San Martín”.
El Valle de Siria está conformado por los municipios de El Porvenir, San Ignacio y Cedros. El proceso de exploración minera inició a mediados de la década de los 80, pero fue hasta 1995 que la empresa Sociedad Minerales Entremares Honduras S.A., solicitó un permiso de explotación minera intensiva a cielo abierto -a base de cianuro- de la mina San Martín.
El permiso fue otorgado en enero del 2000 sobre un área de 23 mil hectáreas, y el proceso de explotación duró hasta el año 2008, cuando la empresa comenzó la etapa de cierre y post-cierre, en medio de un verdadero éxodo juvenil y una creciente protesta de las comunidades que denunciaban graves afectaciones socio-ambientales.
“¡Escuchar todo nos duele! ¿Cómo es posible que el Estado lo permita?” repetía y cuestionaba José Francisco, durante un conversatorio que realizaron las comunidades con el objetivo de auto declararse territorios libres de megaproyectos. Acción apoyada por la Fundación Fe y Alegría de la Compañía de Jesús en Honduras, que trabaja con las comunidades Tolupanes.
A pesar que el Estado ha reconocido jurídicamente los derechos colectivos de propiedad del pueblo Tolupán, éste ha aprobado planes de manejo forestal y extracción de minerales dentro de sus territorios.
Un estudio reciente realizado por el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, Eric, junto a la universidad de Saint Louis, Missouri, Estados Unidos, refleja que en el departamento de Yoro, donde están concentradas muchas tribus Tolupanes existen 65 concesiones mineras, de las cuales más de una tercera parte (35.38%) se encuentran ubicadas en de municipio de Olanchito. Se presume que 23 concesiones son para la extracción de óxido de hierro.
El segundo municipio con mayores concesiones es Yoro con 11. Aquí la mayoría son para la extracción de antimonio y de extracción de arena y grava. Victoria, cuenta con dos concesiones mineras; una de carbón y otra de barita, que según denuncias la ejecutara una empresa italiana.
Miseria y muerte deja minera en Valle de Siria
Con sus polvorientas y desoladas calles, con ausencia del comercio y la banca, el Valle de Siria parece un pueblo fantasma, especialmente en su cabecera el municipio de San Ignacio. Lugar donde la tierra que antes les alimentaba, hoy se niega a producir el maíz y los frijoles por la contaminación que ha ocasionado la minería a cielo abierto.
“Hasta la lluvia nos abandonó” pronunció con voz baja y pausada Norma Gómez, una de las 13 mujeres ex trabajadoras de la mina a quienes les extirparon sus órganos reproductores, por efectos de la contaminación de minerales pesados y el calor producido por las estufas industriales. Norma trabajó 9 años en Entremares haciendo trabajos de cocina y limpieza en áreas comunes.
“A mí me sacaron la matriz y no me explicaron por qué” afirma Norma, quien fue atendida por los médicos que contrataba la empresa. Cuando aún era empleada, fue sometida a una intervención quirúrgica donde se le extirpó su útero. Según el Comité Ambientalista del Valle de Siria, Norma y sus compañeras tenían arsénico y cianuro en su útero.
Las enfermedades producto de la explotación minera siguen a flor de piel. Matando lentamente a sus habitantes. Norma, sufre de hernias en la columna vertebral, dolor en los huesos, infección en un pulmón y dermatitis en la piel. En estos sectores es común ver a las personas con úlceras, costras e inflaciones producidas por la dermatitis y las alergias, que se suman a los diagnósticos de cáncer en jóvenes y personas adultas.
Ángel Torres Sarmiento, campesino y ex trabajador de la mina, fue diagnosticado con leucemia crónica en el año 2007, luego de laborar por más de 9 años en la minera, los dos últimos en la destrucción de los envases y bolsas de cianuro, que en muchas ocasiones, manipuló sin protegerse.
“Yo le decía a mi jefe que no me mandara desprotegido hacer ese trabajo, pero me amenazaba con despedirme sino lo hacia” afirma con tono triste don Ángel, quien trabajó 9 años en la empresa minera y al ser despedido en el 2008, únicamente recibió 9 mil lempiras en concepto de derechos laborales. Él al igual que muchos empleados tuvo que enfrentar en la pobreza su enfermedad. Este ex trabajador de Entremares es uno de los 37 empleados que tienen demandada a la empresa minera exigiendo indemnización por enfermedades laborales. Hasta el momento ni la empresa ni el Estado de Honduras han atendido estas demandas.
Miles de familias en el Valle de Siria, se encuentran en alerta ante una nueva explotación minera en el área donde funcionaba la trasnacional Entremares. Según del Comité Ambientalista, en el Congreso Minero desarrollado en julio de este año, el gobierno de Juan Orlando Hernández, acordó una nueva explotación a una empresa estadounidense, quien también desarrollará una geotérmica en las antiguas instalaciones de la mina San Martín.
“Estamos seguros de que se trata de la misma empresa” asegura Rodolfo Arteaga del comité, quien cree que la empresa está cambiando de nombre para dejar en el olvido las demandas y clamores de la población del Valle de Siria.
La organización ante la explotación
517 concesiones mineras ya aprobadas existen en Honduras, aunadas a las 950 que están en proceso de exploración, afirma la investigación sobre minería que realizó el Eric-sj. El Estado a través del gobierno de Juan Orlando Hernández, promueve la minería como única alternativa para desarrollar las comunidades y acabar con la pobreza. Sin embargo, casos como el de Valle de Siria o La Unión en Copán, son el reflejo de que la minería solo deja minería y muerte para la población.
Pedro Landa ambientalista del Eric, asegura que las comunidades están a tiempo de organizarse y defender sus territorios. “El gobierno va con todo porque sus intenciones de vender el país son claras”, al mismo invita a la población apropiarse de leyes y tratados internacionales para defender la casa común.