“Cuando llegué ya estaba una patrulla haciendo el reconocimiento del cadáver. Pregunté qué persona era y me dice un policía que era un hombre entre 20 y 25 años, por algún momento respiré porque mi hijo solo tenía 15 años, el próximo 06 de noviembre cumplía los 16 años. Pero esa tranquilidad duró minutos, porque al llegar Medicina Forense a realizar el levantamiento del cadáver, vi la misma calzoneta que había visto en el pick up. Luego miré las piernas de mi hijo, desde largo supe que era él; era mi hijo. Me acerqué para verlo, se ensañaron con su cuerpo, lo agarraron como tiro al blanco, antes de eso lo golpearon, lo torturaron desde sus rodillas así arriba, sus testículos estaban hinchados, su cuerpo y estómago acribillados, con sus manos amarradas hacía atrás, tal cobardía, se ensañaron con mi hijo”, ese fue el relato que hizo el padre de Mario Enrique Santos Lazo, un joven que se encontró muerto en el sector del Ocotillo.

El dolor ha sido más fuerte que el miedo. Junto al padre de Mario, otros familiares de jóvenes del sector Rivera Hernández, han denunciado abusos, exceso de violencia hasta asesinatos de miembros policiales asignados al sector.

Realidad de violencia

En San Pedro Sula abundan las denominadas “zonas calientes”. Barrios, colonias y sectores enteros controlados por grupos criminales, inundan estos sectores donde el empobrecimiento de su población tiene relación directa con la violencia que va exterminando especialmente a los jóvenes. San Pedro Sula es una ciudad violenta, pero en el análisis casi no se contempla la especificidad de los sectores, así nos explicó el analista en temas de seguridad, Javier Canales.

El sector Rivera Hernández es bastante complejo. Aquí se ven los grupos tradicionales como las maras y pandillas pero a estos se les suman bandas criminales como los Olanchanos, los Tercereños, que son independientes. Luego vemos que en medio de esta guerra territorial, el abuso policial es frecuente y quienes salen más perjudicados son el resto de civiles que quedan en medio. Este es el análisis de Canales quien además asegura que las autoridades de investigación están muy por debajo de la capacidad que requiere un entorno como este.

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El padre de Mario cuenta que desde las cuatro de la madrugada, miembros de la Policía Preventiva y la policía de investigación, recién creada por el gobierno de Juan Orlando Hernández, realizaron allanamientos en varias viviendas de la tercera avenida de la Rivera Hernández.

“Esto fue a las 4 de la mañana, escuché golpes en el zinc. Me asusté y vi que se estaban llevando detenido a mi hijo. Los policías lo agarrón y subieron a una patrulla; rápidamente salgo y veo que lo estaban golpeando. Junto a mi hijo detuvieron 3 jóvenes más. Rápidamente me movilizo a la posta de la Rivera para ver si lo dejaron allí, me dicen que no, luego me movilizo hacia la primera estación, pero nada, yo sé que mi hijo estaba con vida a eso de las 9 de la mañana, porque la patrulla se andaba movilizando en otras casas, y él iba en la paila de la patrulla”, recuerda este padre, quien asegura que el miedo desaparece cuando el dolor es tan fuerte que los temores desaparecen.

Las palabras de este padre se entre cortan, se le hace un nudo en la garganta, hace una pausa para hablar, sus ojos se llenan de lágrimas, no entiende porqué la policía asesinó a su hijo, él era tan solo un niño de 15 años, un estudiante del segundo curso del instituto Emanuel ¿Por qué me lo mataron? se pregunta.

Al preguntar: ¿Por qué su hijo? El padre responde: “buena pregunta, por qué mi hijo, porque la policía no andaba capturando andaba vengándose, por que la intención no es justicia es venganza, ojo por ojo, no hay otra explicación. Aquí paga el más débil y a mi hijo le tocó. Nos damos cuenta que ellos (policías) son más despiadados que cualquier otro grupo u organización de delincuentes, ellos terminan siendo peores porque se ensañaron con un joven de 16 años, lo dejaron con sus manos atadas, se ensañan con un joven de 16 años indefenso  y con las manos amarradas hacia atrás, la pregunta es ¿quién es peor, si mi hijo que está muerto o los que lo hicieron?

El padre de Mario dice que nada puede llevar a los “responsables” de brindar seguridad a la ciudadanía a detener y horas después torturar y matar a un joven adolescente. Pero estas historias son comunes en este sector, aquí se cuenta que policías y militares detienen arbitrariamente a jóvenes, los golpean, y  a otros que pertenecen a pandillas los venden a bandas rivales y otros así como el hijo de Mario son torturados y asesinados.

¿Depuración?

Desde hace más de tres años el gobierno anunció el inicio de un proceso de depuración a lo interno de la Policía. Una policía acusada de una serie de crímenes y corroída por la actividad del crimen organizado y el narcotráfico. Luego de estos años y pese a la inversión de 159 millones de lempiras recibidos de la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial- DIECP- para el periodo 2013-2015, la depuración ha sido un proceso fallido, así lo reveló un informe de la cooperación internacional.

Ese mismo documento revelado recientemente por Los Reporteros de TN5, dice que la DIECP tiene una posición de inoperancia política. En términos de ayuda la cooperación internacional ha entregado a la Dirección de Evaluación de la Carrera Policial cerca de 25 millones de lempiras, distribuidos en asistencia técnica, apoyo logístico y apoyo financiero.

Se revela que el ente depurador carece de planificación, no tiene plazos para ejecutar la limpieza de la institución. Y la situación se agrava cuando el Ministerio Público revela que de cada 100 casos donde se investiga la actuación de policías, solamente el 4% cuentan con requerimiento fiscal, el 60% se encuentra en etapa de estudio, investigación o cierre, 6% en remisión a otras fiscalías por ser casos civiles.

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No es caso aislado

Junto a la denuncia del padre de Mario, llegó la madre del joven Marvin Trochez. Él, con apenas 24 años de edad, también fue detenido ese mismo viernes 09 de octubre en los allanamientos realizados por la policía en la tercera avenida de la Rivera Hernández.

Los vecinos y vecinas vieron como la policía entró a las 4 de la madrugada en la casa de Marvin, él estaba durmiendo con su pequeña hija de 2 años de edad. Él estaba en ropa interior, fue sorprendido por los policías que entraron violentamente, le quitaron a su hija, lo subieron en bóxer a una paila policial, y desde ese momento nadie sabe de su paradero.

“Yo me vengo a dar cuenta hasta las 6 de la mañana, cuando me dicen que habían agarrado a mi hijo, salgo corriendo para la posta policial de la Rivera, dicen que no han llevado a ningún joven detenido. Luego preocupada por mi nieta de dos años, salgo a la casa de mi hijo, allá me dicen que la policía entregó la niña a una señora desconocida y que a mi hijo lo subieron a la patrulla. La señora me entrega a la nieta y desde ese momento comenzamos a buscar a Marvin. Hemos visitado postas policiales, hospitales y la morgue judicial. Nadie nos dice nada, parece que la tierra se lo tragó”, dice entre lágrimas Doña María, una señora de 70 años, quien no entiende como la policía lo captura y ahora nadie se responsabiliza ni da información.

Doña María llegó con la foto de Marvin en mano y con la denuncia que hizo ante las autoridades por su desaparecimiento. “Las autoridades solo me tomaron la declaración y punto, no dicen nada”. Al preguntarle qué cree que pasó con su hijo, Doña María dice: “Yo creo que entregaron para que lo maltraten o quién sabe dónde estará, pero que ellos son los culpables – ¿quiénes, ellos?- Sí, los  policías que anduvieron haciendo todo ese cateo, tanta gente inocente que culpan,  gente que no tiene nada que ver, pero ellos van con su grandeza para que digan que el gobierno está haciendo algo, pero están acabando con gente inocente”.

¿Cree que él está bien?: “No sé, mi corazón dice que debo tener esperanzas, que mi hijo está vivo, pero les pido piedad y que me lo entreguen, porque él es un hijo yo lo crie buenísimo, él nunca fue malcriado es un buen padre amoroso con su niñita de dos años y es injusto lo que hacen porque por muy criminal que sea la gente ya cuando está en manos de la ley tienen que respetarlos porque son seres humanos no son animales, porque ellos tratan como animales a la gente”, dicen llorando Doña María.

Antecedes

La realidad de abusos policiales siempre ha estado presente en el sector Rivera Hernández. Por varios años el sector ha sido militarizado argumentando que debido a la inseguridad es necesaria la presencia de militares.

Los allanamientos que se han hecho en casas del sector, según autoridades, responde al asesinato ocurrido recientemente al sub inspector de policía Bryan Salomón Moreira, quien se desempeñaba como agente encubierto en la Unidad de Respuesta Inmediata Departamental (URID) en la ciudad industrial del país.

Dicho crimen ha generado una serie de acciones de parte de la policía, en las cuales la población denuncia violaciones a sus derechos y el asesinato del joven Mario  Enrique Santos Lazo y el desaparecimiento de Marvin Trochez.

Buscando respuestas de las autoridades, Radio Progreso consultó con el comisario Jorge Rodríguez, vocero policial de la zona norte, quien aseguró que no tienen datos del operativo donde se detuvo a estos jóvenes, que debe buscar información con el encargado de la posta policial en el sector de la Rivera Hernández.

Ante las acusaciones en contra de los uniformados el ex fiscal del Ministerio Público, Omar Menjívar afirma que este organismo debe trabajar de oficio e iniciar un proceso de investigación para dar con la verdad.

En este momento hay varios jóvenes desaparecidos y según vecinos y familiares de la Colonia Rivera Hernández también fueron detenidos por los organismos policiales. “Es obligación ineludible del Ministerio Público instruir la investigación a profundidad  de estos hechos, la ley le impone para descubrir a los responsables, si es que efectivamente es cierta la información como lo afirman familiares y gente que conoció del hecho de que estas personas fueron capturadas por la policías y que no fueron reportadas su detención”, dijo abogado.

Menjívar agregó que se convierte en un reto para la nueva policía que se ha creado dependiente del  Ministerio Público, la ATIC (Agencia Técnica de Investigación Criminal) para demostrar que de verdad están comprometido con el Estado de derecho y con la defensa de los derechos fundamentales, ya que la policía hoy por hoy son órganos de seguridad del Estado cuyo comportamiento está alejado de una práctica coherente con la defensa de la vida y los derechos humanos.

Los familiares siguen llorando y buscando a sus seres queridos, mientras sueñan con un órgano policial que responda a garantizar la vida de la ciudadanía.