“Rompiendo fronteras con el amor”, este es el lema que las 62 colonias que conformar el sector Rivera Hernández en San Pedro Sula eligieron para la doceava jornada por la vida.

Durante doce años consecutivos jóvenes, mujeres, niños, niñas y adultos han planificado una serie de acciones para demostrar que la Rivera Hernández es más que asesinatos o hechos delictivos, que la población se moviliza por construir un sector seguro y con oportunidades para las familias.

¿Sector inseguro? 

En San Pedro Sula, conocida como la capital industrial de Honduras, abundan las denominadas “zonas calientes”, barrios, colonias y sectores enteros controlados por grupos criminales. Son colonias donde la pobreza de su gente tiene relación directa con la violencia que va exterminando especialmente a los jóvenes. Esta es la ciudad conocida como la capital de la violencia en el mundo, y el sector Rivera Hernández ha sido catalogado como una “zona de violencia”.

Entre colonias, barrios y grandes residenciales también están los asentamientos humanos, zonas pobladas sin las condiciones básicas para tener un estilo de vida digno

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Una oportunidad de cambio 

El programa Paso a Paso es un centro de prevención de violencia que atiende a cientos de niños y niñas del sector. Los menores están en riesgo, producto del abandono estatal y de  las políticas de criminalización hacia la juventud y niñez. Este espacio junto con la parroquia y otras instancias son los que planifican y dan  contenido a esta jornada.

Silvia Heredia, del equipo de Paso a Paso, dice que la jornada en defensa de la vida es un reclamo, como católicas, para defender la vida ante las amenazas y peligros que se presentan diariamente en el sector.

Desde Paso a Paso creen que el aporte concreto a la Rivera Hernández es través de la educación, ya que la comunidad es muy viva pero las oportunidades son escasas.

Origen 

La jornada en defensa por la vida tiene como propósito analizar las causas de la violencia y gritar basta ya a tanto crimen. La feligresía católica y la población que habita el sector de la Rivera Hernández, quiere un sector donde la gente no sea estigmatizada, y que se entienda que hay una población digna que diariamente se levanta para cambiar esa realidad de exclusión, dijo el joven Melvin Mejía de la comisión organizadora y también educador del programa Paso a Paso.

“En la Rivera Hernández se presentan hechos violentos, eso no lo podemos negar, al igual que otras zonas de Honduras. Para el año 2003 la parroquia amaneció con la triste noticia del asesinato de una familia entera, ese hecho conmovió y movió a mucha de la feligresía a decir que no podíamos seguir así, que las cosas debían de cambiar”, dice el joven Erick Rivera, del comité organizador.

Desde ese año se salió a caminar denunciando el incremento de la violencia. 12 años han pasado y ahora han fortalecido este espacio y ya no planifican una caminata sino una seria de acciones durante doce días, donde lo que se busca es que se reflexione sobre la violencia, oportunidades y las acciones que se debe realizar para poder aportar al cambio de esta realidad.

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Erick es un joven de 26 años, toda su vida ha vivido en el sector Rivera. Él ha sentido en carne propia la estigmatización únicamente por vivir en la zona. Es eso  lo que le  motiva a participar en esta jornada en defensa de la vida.

“La jornada inició este año 2015 con una convivencia parroquial, aquí participaron más de 400 personas. Luego hubo una maratón, como una muestra que el ejercicio es una forma de ver distinto la realidad del sector. Han hecho foros y formaciones que van a finalizar este domingo 16 de agosto con una caminata que junta a los pobladores y pobladoras con pancartas y consigas de “SI A LA VIDA, NO A LA MUERTE”.

A pesar de esta realidad de sangre y muerte, que muchas veces sobrepasa todo signo de esperanza, en la Rivera Hernández aún hay fuerzas para exigir justicia y una mejor vida, esas fuerzas son las que fluyen y atrapan las pesadillas en una maraña difícil de soltar.

La gente ama la vida y recuerda a sus muertos para no repetir la historia. Miles caminan por las calles por las que muchas personas temen andar, rompen la dinámica de territorios prohibidos y van cantando.

“Queremos un sector sin fronteras, que pueda crear sus propias propuestas de salir adelante. Gente que sale diariamente a trabajar y que sueña con que algún día las cosas cambien”, concluye diciendo Erick Rivera.