P. Melo, Diciembre 2023

Un mundo en estado de guerra

2023 será recordado como el año de las guerras y con un golpe mortal  a la paz y a las voces que la han promovido. La población civil palestina ni lo podrá recordar porque serán víctimas mortales de los bombardeos indiscriminados y muchos otros miles quedarán marcados para siempre por el cruel ataque a poblaciones palestinas. El año comenzó con la herencia de la guerra en Ucrania que comenzó en 2022, y en lugar de alcanzar al menos una tregua a lo largo del año se fue incrementando, y sin disminuir los ataques y bombardeos pasó a segundo plano con la irrupción el 7 de octubre de la indiscriminada guerra en territorios palestinos, a raíz del ataque irresponsable de Hamás a territorio israelí.

Pero los cañones, bombardeos y las ráfagas de ametralladoras no solo han sido en estos dos territorios ampliamente divulgados por las grandes agencias de noticias y las redes sociales. Mucho más soterradas, pero no por eso menos mortales han sido las guerras en Sudán, Etiopía, Myanmar, Siria, Somalia, Irak, Afganistán, República Democrática del Congo, Libia. Y en nuestro Caribe americano, Haití atrapado en un proceso de autodestrucción que en lugar de tener una solución parece una sociedad en soterrada guerra sin solución y sin final posible.

Sin embargo, las guerras existen, dejan de existir, se conocen o se desconocen de acuerdo al interés de quienes conducen los poderes mediáticos del mundo, y de acuerdo a los intereses que se juegan en dichas guerras. Las víctimas y sus destrozos no cuentan. A lo largo del año, hasta el mes de octubre, la única guerra conocida fue la de Ucrania, y la movían las agencias de noticias y redes sociales de acuerdo a los intereses predominantes de las potencias de Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea. Y la guerra se definió desde la confrontación y posiciones de poder entre Estados Unidos y Rusia, y en torno a esos dos polos se movieron los países y la poderosa red mediática.

La guerra en Ucrania ha continuado con la misma intensidad de como inició el año, de acuerdo a diversas fuentes, pero quedó reducida a su mínima expresión o desapareció de las agendas mediáticas para ser sustituida por la guerra entre el ejército de Israel y Hamás, hasta convertirse en un modelo ejemplar del uso del poder mediático para dar la razón a un bando o a otro, de acuerdo a intereses, y las víctimas que se cuentan por millares han sido usadas conforme a la tendencia de las corporaciones de noticias.

Milei, abre el camino hacia el extremismo “libertario”

El año 2023 culmina con un nuevo gobierno en Argentina que representa la versión extremista del neoliberalismo, el llamado movimiento internacional “libertario” con Javier Milei que irrumpió en el escenario político como crítica a la corriente populista que por varias décadas usó el Estado como instrumento para consagrar una élite política con notables rasgos de corrupción. Esa corrupción ha sido la degeneración del peronismo que por ochenta años ha representado el populismo barnizado de reformas que han bloqueado alternativas auténticamente progresistas y de izquierda. Los libertarios se convierten en gobierno y así lo ha anunciado Milei para quien el Estado finalmente es un estorbo para el libre mercado, y por eso mismo lo ha reducido a muy pocos ministerios como nunca se había conocido en la era del capitalismo. Todos los ajustes serán cargados a la población mientras se afirmará la fuerza de la gran empresa privada, para ello, se reduce el Estado y los ministerios sociales dejan de existir. Lo dijo con embuste el presiente que tomó posesión el día 9 de diciembre entre aplausos de los gobiernos de una comunidad internacional que cada vez se orilla hacia la extrema derecha.

Centroamérica con democracia en picada y en harapos

Nuestra Centroamérica estuvo en 2023 especialmente agitada y las tendencias que han predominado han sido el deterioro de la institucionalidad democrática, la alta conflictividad y polarización entre sectores oficiales que han avanzado hacia mayor autoritarismo, el control del Estado por grupos que se aferran a actuar con impunidad y han cerrado más los espacios a la libertad de expresión pasando por encima del respeto a los derechos humanos, frente a sectores de la sociedad que propugnan por abrir espacios para ejercer la libertad de expresión, defensa de los bienes de la naturaleza y a que se respeten los derechos humanos.

Centroamérica ha sido lugar de tránsito para decenas de miles de migrantes que han buscado cruzar el territorio, lo cual se junta con el aumento del fenómeno de la migración que desde los países centroamericanos buscan el camino hacia los Estados Unidos. A esto se une el deterioro ambiental y la confrontación entre quienes impulsan el predominante modelo de la industria extractiva con comunidades y organizaciones que defienden sus bienes comunes ante la amenaza que el extractivismo representa para sus territorios, sus culturas y los derechos humanos.

De igual manera la violencia ha sido un rasgo continuo en el paisaje centroamericano, un fenómeno vinculado con el accionar de las pandillas, el narcotráfico y la ausencia o fragilidad de la institucionalidad responsable de dar seguridad y perseguir el delito. Aunque El Salvador culminó con el éxito oficial de la drástica disminución de violencia y homicidios, queda la pregunta de por cuánto tiempo, habida cuenta de que el gobierno de Bukele ha perseguido y encarcelado a miles de jóvenes, pero las causas que dieron origen a la violencia, delincuencia, maras y pandillas siguen con arraigadas en la sociedad salvadoreña.  

Además del cuerpo centroamericano enfermo de autoritarismo, su economía se hunde con sus pies de barros. Toda Centroamérica tiene en las remesas su principal sostén, y en ella radica su precariedad, porque su dependencia del exterior no tiene capacidad de competir con su frágil productividad y sus inversiones endógenas. Solo en Honduras el año se cierra con un ingreso de más de 9 mil millones de dólares en remesas, mayoritariamente provenientes de los compatriotas que residen en Estados Unidos.

La fructífera y emblemática rebeldía panameña

No obstante esas tendencias que dejan más incertidumbres que claridades, Panamá dio la sorpresa al istmo centroamericano. De donde menos se esperaba, saltó Panamá dejando a un lado su modorra y aparente pasividad. Luego de una presencia más bien de bajo perfil en sus luchas, las organizaciones indígenas, campesinas y populares del país lograron paralizar por más de un mes el territorio nacional hasta lograr el 28 de noviembre que la Corte Suprema fallara a favor de la inconstitucionalidad del Decreto 406 que permitía la concesión por 20 años prorrogables a la empresa canadiense para explotar la mayor mina a cielo abierto de Centroamérica desde 1997. Cn la decisión de la Corte Suprema la ley quedó expulsada del sistema normativo. Tan fuerte y decisiva fue la protesta que logró doblegar al gobierno y a la transnacional minera, y su triunfo deja la sensación a los panameños de que un pueblo organizado se hace respetar y que a fin de cuentas se hace realidad aquella consigna de que “solo el pueblo salva al pueblo”.

Guatemala en resistencia al “Pacto de impunidad”

Por su parte, se cierra un año guatemalteco con un segundo semestre altamente convulsionado entre los diversos sectores sociales e indígenas frente al llamado Pacto de Impunidad que públicamente encabezó el presidente Alejandro Giammattei junto con los más altos funcionarios del Ministerio Público y otros grupos oscuros y antidemocráticos, quienes luego de emprender una lucha feroz por impedir que se cumplieran los resultados electorales que con contundencia ganó el partido Movimiento Semilla el 20 de agosto, deberá entregar la silla presidencial para que a partir del 15 de enero la ha de ocupar Bernardo Arévalo. La férrea oposición llegó a su máxima amenaza durante el mes de diciembre cuando el Ministerio Público convocó a conferencia de prensa para invalidar los resultados electorales, justo el mismo día de la visita de una delegación de muy alto nivel del gobierno de los Estados Unidos, mientras que la Secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA) calificó esas maniobras como la decisión de dar un golpe de Estado al impedir que se cumpla el mandato popular de respetar los resultados electorales y que los ganadores asumieran la presidencia el 14 de enero de 2024.

Varias semanas de paro nacional en demanda por la renuncia de las altas autoridades del Ministerio Público y el respeto a la autodeterminación expresada en las urnas, el movimiento de resistencia e indignación estuvo liderado por los pueblos indígenas mayas, lo cual constituyó la diferencia con el movimiento de indignados de 2015 dirigido primordialmente por estudiantes y sectores urbanos y del cual estuvo ausente el pueblo indígena. “Por el derecho a una nueva primavera guatemalteca” ha sido la consigna de la resistencia indígena y popular, en alusión a la primavera de los años cuarenta del siglo veinte que se abrió con la presidencia de Juan José Arévalo, primer presidente guatemalteco electo democráticamente luego de la dictadura de Jorge Ubico. Con todo, el año termina con el más alto peligro de un golpe de Estado, con la decisión de acelerar los pasos para inhabilitar a Bernardo Arévalo con requerimientos fiscales para impedir que asuma la presidencia, nombrar un presidente interino y convocar a nuevas elecciones que conduzcan a un nuevo presiente, el mismo que ya habría sido señalado por el presidente saliente, uno de los que encabeza el golpe directo a la institucionalidad guatemalteca.

El espejismo bukelista

En El Salvador el año 2023 se intensificó el plan nacional de Estado de excepción el cual bajo la suspensión de garantías constitucionales se continuaron violando los derechos humanos de jóvenes que bajo el estigma de pertenecer a pandillas fueron capturados y recluidos sin un acceso seguro a su defensa y limitando en extremo la información y el acceso a visitas de sus familiares. Un Estado de excepción vinculado a una millonaria publicidad oficial que elevó el perfil del mandatario Nayib Bukele quien sostuvo la máxima popularidad nacional e internacional la cual al final del año lo catapultó como candidato a la presidencial por un segundo período consecutivo en los comicios que se celebrará en febrero del año entrante pasando por encima de la constitución de la República que tajantemente prohíbe la reelección presidencial. El año termina con un ambiente nacional de campaña electoral en la cual el país entero está cubierto de un previsible triunfo del oficialismo dejando a una distancia inalcanzable a los otros candidatos con su partido, incluyendo tanto al partido ARENA y al izquierdista FMLN este último que todas las señales apuntan a quedar reducido a su mínima expresión ante el fenómeno real y mediático del gobernante salvadoreño.

Hasta Miss universo espanta a Ortega-Murillo

En Nicaragua el año culmina con el mayor déficit de democracia, sin duda de toda Centroamérica, y con la consolidación de la dictadura con mayores rasgos de autoritarismo y de intolerancia a la disidencia y libertad de expresión. Con el cierre y confiscación de la Universidad Centroamericana, UCA, y la anulación de la personería jurídica  la Compañía de Jesús, del Instituto Centroamericano de Estudios, INCAE, así como de centenares de ONGs y propiedades de entidades religiosas, quedó establecido que la régimen de Ortega-Murillo está decidido a cerrar filas en torno a su proyecto político que hace mucho tiempo dejó de ser legal y constitucional, para convertirse en proyecto que secuestró el Estado y su institucionalidad para ser personalista y propio de una autarquía. Todo lo que huela a disidencia es decapitado, así ha sido la renuncia a la OEA, el rechazo a la presencia de la ONU y hasta el cierre de su ingreso a la representante de Miss Universo a quien el régimen acusa de usar el certamen, en donde fue electa Mis Nicaragua, Sheynnis Palacios, como Miss Universo, para fortalecer la oposición, además de haber prohibido que se continuara la pintura de un grafitti de quien sin dudarlo significó la única alegría que ha llenado de orgullo a un pueblo que en su mayoría creía que los había perdido.

Costa Rica, con su democracia en picada, más cerca de Centroamérica

De Costa Rica se puede decir que ha sido el año que más cerca de la Centroamérica insegura y violenta ha vivido, luego de muchos años de transitar por una democracia que siendo todavía mucho más estable que la del resto de los países inmediatamente circundantes del norte se ha tambaleado reduciendo la fuerza de su institucionalidad. Desde hace muchos años atrás, Costa Rica ha debido congeniar con el presencia en su territorio de centenares de miles de nicaragüenses que han emigrado por circunstancias económicas y por la pérdida de confianza en su gobierno, y aunque se ha esforzado en endurecer leyes migratorias la afluencia migratoria es incontrolada, no solo por los nicaragüenses que en su mayoría se instalan en su territorio, sino por el tránsito de miles de extranjeros de diversos países que cruzan el territorio buscando el camino hacia los Estados Unidos.

El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, tomó la decisión en octubre de exigir visa  a todos los hondureños que quieran visitar el país con el argumento del ingreso continuo de miembros de bandas criminales y de narcotraficantes para realizar acciones delictivas y poner en peligro la estabilidad del país. Esta decisión desestabilizó las relaciones diplomáticas con Honduras y la presión de los transportistas que viajan con productos provenientes de Panamá, obligó a que el gobierno costarricense echara marcha atrás en la decisión tomada. Sin embargo, este es apenas un síntoma del proceso de deterioro de un país, como Costa Rica, que se ha esforzado de mantener una diferencia institucional, educativa, cultural y de seguridad con el resto de países centroamericanos. Aunque la diferencia se mantiene y Costa Rica sigue siendo el referente de estabilidad y democracia para Centroamérica, la distancia en este año 2023 se ha ido acortando.

Por los extraños laberintos hondureños

En Honduras el año no pudo ser más inestable en la vida política y social.  La masacre de 46 privadas de libertad en la cárcel de mujeres en Támara, a pocos kilómetros de la capital, el 20 de junio no solo estremeció a la sociedad y desnudó la situación de calamidad del sistema carcelario hondureño, y destapó de un tajo la indefensión en la que se encuentran las mujeres en la sociedad, en cuyas espaldas recayó la mayor dosis de violencia que se constituyó en una epidemia nacional. El hecho sangriento y macabro se mantuvo en plena impunidad. El control de las cárceles dejó de estar en manos de la policía para pasar su responsabilidad a las Fuerzas Armadas, específicamente a la Policía Militar del Orden Público, aquella instancia creada por Juan Orlando Hernández a la que especializó en dar protección al negocio de la droga y a sus intereses políticos los cuales se reflejaron en la represión y crímenes cometidos por este cuerpo armado a quienes se opusieron a la reelección presidencial del año 2017. De igual manera, el desorden, atasco y colapso del transporte terrestre dejó al menos mil quinientas personas muertas en accidentes automovilísticos, cuya más dramática expresión fue la muerte de 12 personas seguidas de varias decenas de heridos en el accidente ocurrido en diciembre en la carretera que de la capital conduce al departamento de Olancho, en el oriente del país. Un país atascado y en estado de colapso es el recuento de lo que se puede advertir al final del año 2023 en asuntos de inseguridad y violencia.

El desgaste y pérdida de popularidad de la presidente Xiomara Castro se ha unido al atasco en el que cayó el Congreso Nacional, en donde hubo más de cien días sin que los diputados sesionaran. Al final del período ordinario, el 31 de octubre, la confrontación entre el Partido Libre y la oposición liderada por el Partido Nacional y al cual se han subordinado los liberales y los del Partido Salvador de Honduras (PSH), acabó con un Congreso paralelo de la oposición y con una Comisión Permanente conducida por el partido Libre, la cual, basándose en resquicios descubiertos en el mandato constitucional, nombró al Fiscal General y al Adjunto en carácter de interinato, los cuales de inmediato desengavetaron expedientes antiguos y comenzaron a extender requerimientos fiscales, varios de los cuales se convirtieron en órdenes de captura a personajes de casos emblemáticos vinculados con actos de corrupción e impunidad.

Justicia y CICI-H más revuelta en laberintos

En asuntos de la institucionalidad de justicia, el año comenzó con la elección el 16 de febrero por parte del Congreso Nacional a los 15 magistrados de la Corte Suprema de Justicia, elección que luego de duras negociaciones tras la entrega el 23 de enero de los 45 candidatos –22 hombres y 23 mujeres– por parte de la Junta Nominadora, logró establecer a 8 mujeres y 7 hombres con la presidencia en manos de la Magistrada Rebeca Lizeth Raquel Obando, a fin al Partido Libre, pero especialmente cercana a la presidenta Xiomara Castro. Aunque el proceso de elección duró tres semanas desde el día de la entrega de la nómina de candidatos y el día de la elección de los 15 magistrados, la experiencia dejó el ambiente de la capacidad de negociación que existía entre los diputados, especialmente de los tres partidos dominantes, Libre, Nacional y Liberal.

Sin embargo, el resto del año en asuntos de institucionalidad de justicia, la elección del Fiscal General y su Adjunto condicionó la vida política del país, así como el escabroso proceso hacia la instalación de la CICI-H, como instancias para la lucha contra la impunidad y la corrupción. Termina el año sin que los partidos políticos se pusieran de acuerdo para elegir como corresponde a las máximas autoridades del Ministerio Público, mientras que la instalación de la CICI-H quedó en la penumbra, el gobierno le tira la pelota al Secretario de la ONU, mientras la ONU le devuelve la pelota al gobierno y al atasco de los políticos. La polarización política paralizó la actividad del Congreso Nacional sin que se alcanzaran consensos, aunque no dejan de escucharse voces que advierten que el atasco de políticos es una polarización acordada, al menos tácitamente.

Así como la elección de la Corte Suprema de Justicia supuso negociaciones que culminaron en repartos consensuados de los magistrados, no ocurrió así con la elección de las máximas autoridades del Ministerio Público. El Congreso Nacional se empantanó y paralizó sus sesiones desde el 31 de agosto hasta el 31 de octubre cuando legalmente concluyeron sus sesiones ordinarias. Inmediatamente después se procedió de acuerdo a ley a conformar la Comisión Permanente del Congreso, procediendo a nombramientos que en lugar de avanzar en la búsqueda de salidas a la crisis, la profundizó. Solo la presión por la elección de los magistrados del Tribunal Superior de Cuentas, que es como la fiscalía para las alcaldías, aceleró la convocatoria a sesiones en el Congreso Nacional, lo cual es visto como un paso hacia acuerdos que conduzcan tanto para regular su funcionamiento como para que dentro del mismo se pueda avanzar a la elección en propiedad de las máximas autoridades del Ministerio Público, como de la elección de la nueva junta directiva del Congreso para la siguiente legislatura, la cual se instala el 25 de enero.

Congreso Nacional, el mayor de los laberintos

Mientras la oposición liderada por el Partido Nacional impide y boicotea la celebración de sesiones extraordinarias convocadas por el cuestionado presidente del Congreso, Luis Redondo, seguramente para llegar al 25 de enero siguiente que obliguen al partido Libre a negociar una nueva junta directiva del Congreso que favorezca  la oposición a cambio de aceptar la elección de fiscales en propiedad del Ministerio Público. Por su parte, la dirigencia del Partido Libre agiliza la extensión de requerimientos fiscales en contra de altos miembros del Partido Nacional como chantaje para obligarlos a negociar la elección de fiscales en propiedad favorables a Libre con la condición de negociar conjuntamente a qué personas se les habría de extender requerimientos fiscales al tiempo que ponerse de acuerdo sobre las condiciones que ambos bandos acordarían para la instalación de la CICI-H. A fin de cuentas, es un tiempo de chantajes y presiones para negociar impunidad, cada bando protegiendo sus intereses, pero impunidad para ambos. Y ambos bandos con acuerdos tácitos, y desde los mismos se confrontan públicamente, como una macabra y perversa danza de almas gemelas endemoniadas.  

El niño que patalea y la doña que lo pellizca

Por su parte, el año 2023 ha sido el de mayor tensión en las relaciones del gobierno hondureño con el gobierno de los Estados Unidos. Al menos en dos ocasiones la Embajadora Laura Dogu fue convocada públicamente por el Ministro de Relaciones Exteriores, Eduardo Enrique Reina para hacerle un llamado a no intervenir en asuntos de orden interno del país, como ocurrió en la primera ocasión cuando la Embajadora expresó su malestar por las decisiones que tomaba el gobierno y el Congreso Nacional para derogar las ZEDE, lo que ponía en peligro la inversión privada estadunidense en el país al tiempo que su posición en relación con una nueva legislación tributaria que por igual ahuyentaba la inversión extranjera y era fuente de desconfianza para el sector privado. En un segundo llamado público, la cancillería hondureña llamó la atención a la Embajadora Dogu por su cuestionamiento a la elección interina de las más altas autoridades del Ministerio Público y porque las decisiones que estaban tomando estas autoridades no se correspondía a su rol de interinato.

Al gobierno de los Estados Unidos la relación con Honduras se complicó en el año 2023, sobre todo cuando un país como Honduras suele ser visto como una pieza manejable, a fin de cuentas es el típico modelo de patio trasero. Sin embargo, en este año el gobierno hondureño ha dado pasos que han intranquilizado y han puesto en estado de alerta la mirada geopolítica, comercial y de inversiones. Tres han sido los factores que han puesto en alerta al gobierno de Estados Unidos: número uno, mantener y avanzar en profundidad las relaciones con Cuba, Venezuela y Nicaragua, los tres ejemplos de países con gobiernos violadores de derechos humanos y que amenazan la estabilidad política de la región; número dos, la ruptura de relaciones con Taiwán y la apertura de relaciones diplomáticas con China, lo que en serio preocupa porque para Estados Unidos no es solo que se arriesga a perder un país del que siempre ha sido un aliado incondicional, sino porque a través de Honduras la China puede abrir espacios para negociar intereses con la potencia que en este año llegó a 200 años de imponer sus decisiones en la región bajo el lema de “América para los americanos”; y número tres, el retiro por parte del gobierno de Honduras de su embajador de Israel dejando así por sentado que en la guerra que se libra en el territorio palestino, Honduras define su alianza con los enemigos de Estados Unidos. Y que provenga de un país tradicionalmente controlado, esto significa una afrenta imperdonable para los Estados Unidos.

Misión de alto nivel interviene en laberinto catracho y deja su impronta imperial

Para suavizar las relaciones que a lo largo del año fueron tensas y confrontativas, el gobierno de Estados Unidos envió al final del año una comisión de alto nivel del Congreso encabezada por el Senador Tim Kaine acompañado de tres senadores más y otros congresistas. La misión visitó a tanto a Honduras como a Guatemala con el propósito de hacer sentir el interés del gran país del Norte por proseguir con su presencia en estos dos países amenazados en su institucionalidad. La misión llegó a Guatemala en donde la democracia pasa por su proceso de mayor inestabilidad, en un estado tambaleante que amenaza con su hundimiento, provocado por quienes conducen el llamado “Pacto de corruptos” con las señales no solo de impedir que el nuevo gobierno presidido por Bernardo Arévalo tome posesión, sino de impedir que se sostenga en el mandato. Y en Honduras, la misión se acercó con guantes suaves para dar su espaldarazo a la conflictiva Embajadora Dogu y a la vez hacer sentir al gobierno que la alianza de Estados Unidos es más sólida por encima de rencillas coyunturales, pero a la vez advirtiendo que ir más allá de las rencillas, y avanzar hacia relaciones fuera de los vínculos tradicionales, ponen en riesgo la subordinación estratégica que han de seguir definiendo las relaciones geopolíticas entre Honduras y Estados Unidos.

En la única entrevista en español que concedió en televisión, Tim Kaine dejó en claro que entre Guatemala y Honduras existe una gran diferencia, porque mientras en el país vecino hay una latente amenaza de golpe de Estado que puede ocurrir en cualquier momento, en Honduras existen condiciones de mayor estabilidad, en sus palabras “no hay peligro de un terremoto político” y el gobierno de Estados Unidos respalda al gobierno que preside Xiomara Castro, confía en que el interinato de los fiscales termine pronto, se den pasos tanto a una estabilidad del Congreso Nacional en donde se elija a un Fiscal General y su Adjunto e propiedad, como para avanzar hacia la instalación de la CICI-H y para un proceso electoral que fortalezca la democracia.

El Senador que mejor conoce a Honduras luego de haber estado como misionero laico a comienzos de los años ochentas del siglo pasado, dijo que no teme a las relaciones abiertas con China porque por igual China es un socio poderoso en la economía y comercios con Estados Unidos. y así confía en que los vínculos entre Honduras y Estados Unidos se seguirán fortaleciendo. Pero como corolario de la visita, exactamente dos días después el gobierno de Estados Unidos anunció la restricción de visas, unas 300 para guatemaltecos vinculados con las maniobras para provocar un golpe de Estado, y unas 20 para hondureños por haber socavado la democracia y haber impedido la elección en propiedad del Fiscal General y su Adjunto. En los pasillos políticos se dice que entre los des visados se contarían  a los nueve miembros de la Comisión Permanente del Congreso Nacional, otros de los partidos de oposición y alguno que otro del poder Ejecutivo. Una mano con guante de seda, peo con garrote escondido, así habría sido la visita de la Misión de alto nivel a Honduras el segundo fin de semana del mes de diciembre.

La lucha ambiental en el centro del huracán de confrontación

La ambigüedad del gobierno con respecto a los proyectos extractivos y su relación con el tema ambiental, contrasta con las presiones de comunidades y organizaciones defensoras del ambiente. En este tema el año termina con un gobierno tibio y que da bandazos. En su discurso en la COP28 la presidenta hondureña abanderó la defensa del ambiente ante un capitalismo voraz, y mientras pronunciaba su encendido discurso los garífunas y las comunidades del Aguán seguían siendo víctimas de ese misma voracidad de empresarios que entienden que los bienes naturales son estricto recursos a explotar para convertirlos en negocios lucrativos.

 El año heredó el conflicto ambiental y territorial entre las organizaciones garífunas, especialmente la Organización Fraternal Negra de Honduras, OFRANEH, con la ZEDE Próspera, un conflicto que recorrió el año hasta que en diciembre se expresó en la confrontación incluso física entre empleados de esta empresa que se ha negado a cumplir con los requerimientos legales, y la comunidad negra de habla inglesa, Crawfish Rock, en Roatán. A lo largo del año el gobierno mantuvo una parálisis y una posición difusa frente a la alta conflictividad en los diversos territorios, lo que ha obligado a que comunidades y organizaciones como las del Aguán amenazadas por una planta termoeléctrica contaminante y los proyectos mineros propiedad de Lenir Pérez y familia, se hayan plantado con firmeza en franca resistencia.

El año en el tema ambiental dejó un aire de triunfo para todas las luchas ambientalistas del país con la presencia masiva de comunidades en el Cabildo Abierto convocado por la municipalidad del municipio de Tocoa, Colón, el día 9 de diciembre. La seguridad que tenía el alcalde de que el Cabildo Abierto sería apenas un trámite para la concesión de permisos ambientales para la instalación de la planta termoeléctrica, se vino abajo con la presencia masiva y militante de comunidades y organizaciones, dejando esa sensación, como la que ocurrió con las gestas movilizadoras de Panamá, de que cuando la gente se organiza y se moviliza se hace respetar para cumplir aquella consigna de que “solo el pueblo salva al pueblo”.

Con las jornadas en defensa del ambiente y de los derechos de las comunidades, Tocoa dio un paso en firme en la unidad del movimiento social, cuando en una actividad común el día 9 de diciembre se unieron la Plataforma Agraria que ha tenido la lucha por la tierra como su principal temática, con el Comité Municipal en defensa de los bienes comunes de Tocoa, que ha tenido como su tema fundamental los bienes ambientales, la Coordinadora de Organizaciones Populares del Aguán, COPA la Fundación San Alonzo Rodriguez y las muchas comunidades eclesiales de la parroquia San Isidro Labrador. Este conjunto de organizaciones en un mismo caminar y con una misma mirada de rebeldía, fue el factor clave para que el año ambiental culminara con esa sensación de triunfo y de cargas de energías para las duras luchas que en esa zona y en casi todo el territorio nacional se han de seguir librando en torno al ambiente, la conflictividad agraria y los derechos humanos.   

Tendencias para próximo futuro

La tarea de la paz y efectos de la geopolítica en América Latina

El tema de la paz y los acuerdos que conduzcan a un alto al fuego en los conflictos armados que siguen cobrando cotidianamente víctimas en diversas partes del mundo, es sin duda la mayor de las tareas que se abren para el 2024. Especialmente desafiante  es la necesidad de negociaciones para alcanzar acuerdos en Tierra Santa entre el Estado de Israel y Palestina, en donde se juntan la complejidad mayor de los conflictos, y que involucra a muchos poderes con intereses insertos en ese conflicto. Pero también es una tarea obligada que las potencias –Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea– logren acuerdos para poner fin a la guerra en Ucrania.

La reconfiguración de las fuerzas constructoras de poder en el continente americano es una tarea pendiente, abierta en América Latina con la irrupción del gobierno de más extremismo neoliberal en Argentina, y su relación con el poderoso Brasil, pero también con Colombia y Chile y cómo avanzará la correlación de fuerzas entre estos gobiernos progresistas junto con el bloque duro autoritario conformado por Venezuela, Cuba y Nicaragua y cómo lograr consensos mínimos en torno a intereses comunes regionales. Avanzar en este camino de acuerdos latinoamericanos entre la diversidad de intereses y concepciones políticas e ideológicas, estará muy condicionado si se hace realidad la amenaza de un retorno al  poder en el gobierno de los Estados Unidos de Donald Trump, lo que sin dudarlo, inclinaría la balanza a favor del gobierno de Argentina y su impacto ejemplar hacia otros países latinoamericanos. Y está en juego también el papel que jugará la presencia de China y de Rusia en las relaciones con países de la región, como contra balanza en el contexto geopolítico latinoamericano.

¿Y las tareas para Honduras?

Los conflictos agrarios, ambientales y de derechos humanos seguirán coloreando el mapa hondureño de confrontación. Aquello que en los dos primeros años no logró consolidar el gobierno de Xiomara Castro en asuntos de sentar las bases para impulsar políticas públicas en torno a esos desafíos, es de cuesta arriba esperar que lo logre en los restantes dos años. Lo que depara es una intensa lucha de fuerzas por acomodar posiciones de cara a las elecciones primarias en marzo de 2025 y hacia las elecciones generales de finales de noviembre de 2025. Lo que le espera a la sociedad hondureña es una especie de maquila productora de campañas proselitistas, unas expresadas como oposición política orientadas en el año 2024 a desacreditar, debilitar y destruir las propuestas oficiales, y otras expresadas en elevar perfiles de corrientes y candidatos confrontados entre sí, dentro del oficialismo, y embadurnados de muy diversos programas de asistencialismos e incluso aparentando políticas públicas. El 2024 será un año de efervescencia proselitista, confrontaciones en distintas bandas y con respuestas públicas oficialistas a través de obras que tengan visibilidad para ganar reconocimientos que reditúen en apoyo al gobierno y a los candidatos oficialistas.

Si el año 2023 creó un distanciamiento entre los conflictos políticos en la cúspide del poder, el año 2024 ensanchará esta distancia, de manera que el poder y quienes lo buscan irán por un carril, mientras la realidad y necesidades de la mayoría de la población transitarán en un carril completamente distinto. O lo que se ha venido diciendo en los últimos años, las dos Honduras, una la de los políticos con su lucha de poder, y la otra, la de la mayoría de la gente.

Al culminar el año con los políticos confrontados públicamente y midiendo fuerzas, dejando la institucionalidad en el más bajo nivel de estabilidad, será condición para el 2024 que los altos dirigentes de los partidos políticos logren acuerdos para sacar del atolladero el Congreso Nacional y normalizar sus funciones para hacer frente a la demora en la que cayó en 2023 la tarea legislativa.

Una tarea pendiente, entre muchas, a la que se ha de hacer frente en el año 2024, es establecer las condiciones para saber si se instalará o no la CICI-H, que así como ocurrieron las cosas en 2023, los distintos líderes de los partidos políticos han actuado como si tuvieran el acuerdo tácito de crear todos los inconvenientes para que dicha instancia se instale, aunque ninguno de los dirigentes tenga la osadía de confesarlo en público.      

Avanzar en vertebración propia: tarea específica para el movimiento social

En los dos primeros años, y especialmente en 2023, el movimiento social ha estado muy activo, pero con alta dispersión y sin vertebración. La calle dejó de ser del movimiento social para ser tomada por los sectores opositores destructivos. En 2024 se advierte que el movimiento social continuará su inercia desmovilizadora. Sin embargo, frutos como los logrados en el Aguán con la convocatoria masiva y militante, abren el desafío a que los diversos sectores de las organizaciones sociales avancen para juntar dinámicas comunes, a que retomar su identidad como movimiento social avanzando hacia la autonomía e independencia ante las instancias oficialistas, y desde sus propias temáticas agrarias, ambientales y de derechos humanos y laborales se fortalezca la línea horizontal entre unas organizaciones con otras, se debilite la línea vertical que condiciona hacia la dependencia hacia instancias externas y se avance en formación y construcción de propuestas comunes. Para esto la tarea del año es avanzar en vertebrar y dar fuerza orgánica a las luchas e instancias que de manera dispersa existen y luchan a lo largo del territorio nacional. Alcanzar independencia de las luchas intestinas de poder de cara al proceso electoral será sin duda uno de los mayores desafíos políticos a enfrentar el año 2024.

Iglesia en 2023

La terca palabra del papa Francisco

La figura mundial para llamar a la paz en medio de los cañones, la insensibilidad de los más altos responsables de las guerras y el manejo interesado de las corporaciones mediáticas, ha sido el papa Francisco, quien no obstante haber sufrido de quebrantos en su salud en este año de su cumpleaños 87, ha sostenido su voz en alto en nombre de las víctimas insistiendo en el fracaso que representa la guerra para la humanidad al tiempo que insiste en no olvidar a todos los pueblos y países en estado de guerra, especialmente en la Franja de Gaza, en Ucrania, Sudán y sin dejar de nombrar a los demás pueblos que sufren las consecuencias de la barbarie conducida por quienes hacen negocio con la industria armamentista.

El papa Francisco ha sido firme con su palabra ante un mundo en guerra. La guerra nunca es respuesta, la guerra es un fracaso de la humanidad, y ante la guerra el llamado del papa es a detenerse en atención a las miles de víctimas, especialmente en Ucrania y en Tierra Santa, en contraposición al ruido de los cañones y las bombas que han dejado una secuela de muerte y destrucción a lo largo del año 2023.

Sínodo, buscando participación mayor en la misión

La Iglesia Católica bajo la guía del papa Francisco celebró este año el Sínodo, un proceso que comenzó el año 2021, culminó en Roma, pero que dejó abiertas las puertas para proseguir en Sinodalidad, es decir, en procesos continuos de una Iglesia llamada a caminar en permanente consulta, comunión y participación de todos los fieles en la construcción sinodal de la misión evangelizadora. Caminar juntos y en comunión ha sido y es el propósito del Sínodo, y la inspiración e iniciativa del papa Francisco se sustenta en la necesidad de abrir las puertas de la comunidad eclesial para salir al encuentro de las realidades humanas y sociales, y acortar la distancia entre un clero que ha estado enquistado y un pueblo de Dios –laicos y laicas– al cual se le ha visto lejos y sin plena participación.

Este año el papa Francisco promulgó la Exhortación Apostólica Laudato Deum (Alabado sea Dios), como continuación de la Exhortación Apostólica Laudato Si (Alabado seas) que promulgó en 2015, sobre el cuidado de la Casa común. La Laudato Deum acentúa el llamado urgente a hacer frente a la crisis climática luego de su preocupación por no haber señales de los países y de la misma Iglesia por atender al clamor de cuidar la casa común que hoy sufre la amenaza del calentamiento global.

Iglesia hondureña

Para Honduras, 2023 ha sido, sin duda, el año de mayores cambios al interior de la estructura eclesiástica como no se conocían desde más de un siglo atrás, cuando la diócesis de Comayagua dejó de estar a partir de 1916 bajo la jurisdicción, autoridad o sufragánea de Guatemala, con las ventajas, pero también con las resistencias que aquello supuso.

Al Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga luego de muchos años de servicio a la Iglesia hondureña, y de haberle sido concedida su jubilación, le sucedió una reestructuración de la Iglesia Católica hondureña en dos provincias eclesiásticas que todavía queda por saber lo que significa y los vínculos de organicidad de las diócesis que quedarán bajo cada una de las dos provincias. La primera es la del Arzobispado de Tegucigalpa en torno al cual se subordinan los obispados del centro y sur del país, y la segunda es el Arzobispado de San Pedro Sula en torno a la cual se subordinan los obispados del norte y occidente del país. En el Arzobispado de Tegucigalpa el papa nombró a Monseñor José Vicente Nácher Tatay, español vicentino, y en el Arzobispado de San Pedro Sula se nombró a Monseñor Miguel Lenihan, irlandés franciscano, quien presidía el obispado de San Pedro Sula.

El 17 de octubre y a sus 72 años falleció Monseñor Roberto Camilleri, de origen Maltés, obispo titular de la Diócesis de Comayagua, quien pocos meses antes había sido elegido presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras. En su lugar fue nombrado el Padre German Calix como administrador apostólico de la Diócesis de Comayagua.   

 Por su parte, el sábado 6 de mayo en un ambiente festivo y como en un guancasco entre la feligresía de Olancho y la de la diócesis de Trujillo, fue consagrado obispo en las afueras de la catedral del puerto de Trujillo Monseñor Jenry Ruiz, de origen campesino olanchano, y en su primera homilía dejó por sentado su cercanía con las comunidades y su compromiso especialmente con aquellas amenazadas por las compañías explotadoras mineras.

La conmemoración de los 40 años de la desaparición del Padre Guadalupe Carney estuvo acompañada por una presencia masiva de comunidades  con unas actividades que se concentraron el 16 de septiembre en torno a una feria agroecológica en la cual muchos productores dieron a conocer los frutos de su trabajo, seguida de una caminata por las principales calles de la ciudad de El Progreso con la demanda al Estado y al gobierno de los Estados Unidos de entregar toda la información disponible para conocer lo que ocurrió en los trágicos acontecimientos de septiembre de 1983 cuando fueron masacradas decenas de personas en el departamento de Olancho y cuyos cuerpos siguen desaparecidos junto con el Padre Guadalupe. Tras la caminata, se celebró la Eucaristía presidida por Monseñor Jenry Ruiz y concelebrada por varios sacerdotes. Y la jornada conmemorativa concluyó con un concierto musical con la participación de la cantautora hondureña, Karla Lara, y el dúo cubano Buena Fe.

En el mes de julio y en la víspera de la ordenación presbiteral del jesuita José Luis Cruz en ceremonia religiosa en el templo del municipio de Bonito Oriental, el ERIC-SJ devolvió al presbiterio de la diócesis de Trujillo y a las comunidades y organizaciones del Aguán, los resultados del sondeo de opinión pública que se realizó específicamente en esa zona del litoral atlántico hondureño. Los asistentes quedaron impactados de unos resultados en los cuales, entre muchos otros datos, recogen la pérdida de pertenencia y confianza que la población tiene en la Iglesia Católica, el aumento de adeptos a las iglesias evangélicas, pero sobre todo el creciente aumento de población que ha abandonado la pertenencia a las iglesias, así como también su desafección a los partidos políticos.

Se cierra el año eclesiástico con un firme defensa de las diócesis de la provincia eclesiástica del noroccidente del ambiente y la madre naturaleza ante las amenazas que traen consigo la industria extractiva y los proyectos industriales que atentan contra las comunidades, especialmente ha sido clara la solidaridad con la comunidades del sector San Pedro y Guapinol en la Diócesis de Trujillo. Y una de las noticias y acontecimientos que cerraron el año fue la despedida triste pero agradecida con el Señor tras la muerte a sus 96 años del presbítero Fausto Milla, acaecida el 24 de noviembre en el occidental municipio de Corquín, Copán. El Padre Fausto Milla ha dejado una estela de amor y entrega por su compromiso social en defensa de los derechos humanos y defensa de la vida desde la medicina natural y su profunda fe en el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo.