| Jueves, 31 Agosto 2023 |  |
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En memoria de los desaparecidos
El padre Guadalupe Carney, desaparecido el 16 de septiembre de 1983, en las montañas del departamento de Olancho, es uno de los nombres escritos en la base de datos del Comité de familiares de detenidos desaparecidos en Honduras (Cofadeh). Al igual que el padre Lupe hay doscientos expedientes de desaparecidos en la década de los ochentas, todas víctimas de la Doctrina de seguridad nacional impulsada por los militares. Todos en la impunidad.
Los desaparecidos han sido indígenas, religiosos, campesinos, mujeres, en su mayoría han sido jóvenes. Hombres y mujeres que lucharon por un modelo de desarrollo alternativo, que se sustente en la distribución social de lo que también se produce socialmente, donde el centro principal sean los seres humanos y no el capital. Un modelo que promueva los intereses y necesidades desde la perspectiva pública.
“Cambia, todo cambia, cambia el rumbo el caminante, aunque esto le cause daño”, dice el canto latinoamericano, y con los desaparecidos también las cosas cambian. Hoy tenemos nuevos perfiles de los desaparecidos. Están los campesinos desaparecidos en el valle del Aguán, están los jóvenes desaparecidos por militares, policías y el crimen organizado y los desaparecidos en la ruta del “sueño americano”. Hoy todos son cifras, y según datos oficiales entre 2012 y 2022 en Honduras se registraron 9,838 personas desaparecidas.
“Cambia todo cambia, pero no cambia el dolor de mi pueblo y de mi gente”, nos sigue diciendo las voces de Julio y Mercedes Sosa. Los nuevos desaparecidos, son los empobrecidos de toda la vida, los que construyen vida donde nada lo promete. Son los sin tierra, los abandonados por el Estado y excluidos de la economía de libre mercado. Los desaparecidos son hombres y mujeres que con sus sueños y su sangre nos siguen indicando la caricatura de país que tenemos, sus ideales siguen alimentando la lucha, la rebeldía, la poesía y el canto.
Al hacer memoria de las personas desaparecidas, hacemos nuestra la demanda de la Ley Integral de Víctimas de la Doctrina de Seguridad Nacional impulsada por el COFADEH, así como como la Ley de Protección Jurídica de Personas Desaparecidas y de sus Familiares. Aquí subyace una tarea para el Congreso Nacional y para las nuevas autoridades del Ministerio Público.
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