Personas migrantes en la plaza central de Danlí, El Paraíso.

Más de cinco mil migrantes de diversas nacionalidades ingresan a diario a la principal ciudad oriental del país, Danlí, El Paraíso.

Llegan sedientos y enfermos en busca de apoyo, pero  encuentran tratos injustos que dificultan su estadía y su tránsito.

Danlí, una apacible ciudad del oriente hondureño,  se ha convertido en el epicentro del drama que viven miles de personas migrantes procedentes del Sudamérica y otros continentes, quienes atraviesan una ruta llena de peligros en su objetivo principal de llegar a Estados Unidos.

El fuerte flujo migratorio tiene a la ciudad al borde del colapso. Miles de personas que llegan se albergan temporalmente en plazas públicas, parques, aceras y los que puede pagar un hospedaje abarrotan los hoteles de la localidad.

Pese al apoyo que brinda el gobierno local para que las personas migrantes, específicamente familias, puedan alojarse en el albergue, quedan cientos de personas fuera, siendo víctimas de cobros  excesivos por alojamiento, alimentación y transporte.

Esperanza en medio del sufrimiento

En entrevista a Radio Progreso monseñor José Antonio Canales, Obispo de Danlí, denunció que aparte de los riesgos que enfrentan las personas migrantes  en su travesía, existen bandas de traficantes de migrantes operando en el territorio hondureño, “a vista y paciencia de las autoridades, incluso funcionarios que son parte de estas mismas bandas”.

El obispo asegura que, los migrantes son víctimas de cobros excesivos por algunos transportistas y comerciantes, quienes al observar que estas personas poseen dólares, buscan lucrarse,  y aunque no es la generalidad sí se registran casos particulares que han sido denunciados.

Ante la cruda realidad que viven días tras día los migrantes, la iglesia de Danlí junto con la Pastoral Social Cáritas,  tiene prevista la construcción de un refugio, el cual nombrarán “Sagrada Familia”, haciendo alusión a que Jesús y sus padres fueron migrantes. Con el albergue se buscará apoyar a más personas que van en tránsito por el país.

Según el obispo, al concretarse este proyecto será un ejemplo que aliente iniciativas gubernamentales para que las autoridades y la feligresía de la zona oriental, amplíen su ayuda a los inmigrantes, convirtiéndose en una luz de esperanza en medio del trágico recorrido.

Jeixry Ángelis del Carmen de 33 días de nacida es cargada por su madre.

La niña sin patria

Jeixry Ángelis del Carmen de 33 días de nacida vino al mundo en medio de la selva del Darién, la frontera inhóspita que pone a los migrantes en peligro de muerte,   sus padres Thalía del Carmen Carvajal y Jefferson Bohórquez Portillo, ambos de nacionalidad venezolana, no han querido inscribirla en ninguno de los países que han transitado pues esperan hacerlo al llegar a Estados Unidos.

Thalía ingresó al Darién con aproximadamente 35 semanas de embarazo,  vino junto a su esposo y cinco hijos más. En medio de la selva empezó con dolores de parto y fue atendida por unos médicos cubanos en el cuarto campamento de la selva.

Pese a que el procedimiento de parto fue por cesárea y se requieren semanas de reposo para su recuperación, Thalía prosiguió el viaje. “Ha sido un poco duro porque pese a mi estado nos robaron y con ayuda de otros migrantes hemos podido llegar hasta aquí”, dijo la madre.

“Me traje a mis niños, pero no sabía la travesía que iba a pasar, en el trayecto vi mucha gente morir, muchos niños ahogarse, otros que se lesionaban y sus heridas empeoraban y tuvieron que quedarse en el camino”, expresó la migrante venezolana.  

Su esposo Jefferson fue militar en Venezuela,  y pese a ello la selva significó un verdadero reto al tener que cargar a la mayoría de sus hijos en hombros, situación que relata no habría podido cumplir sin la ayuda de otros compañeros de viaje. Para la familia el nacimiento de su hija significa una esperanza de alcanzar su objetivo de llegar todos completos al destino final.

Enfermedades y abusos

De acuerdo a varios testimonios, el gasto por persona hasta llegar a Honduras supera los 1000 dólares equivalentes a unos 25 mil lempiras, cantidad que puede ser incluso mayor por la explotación a la que se ven sometidos, que a su vez refleja la existencia de un negocio generado por el flujo masivo de migrantes.

Entre más numerosa es la familia o el grupo de personas que viajan, los servicios que requieren se vuelven más caros, entre ellos, hay quienes se aprovechan de la situación estafándolos o robándoles,  volviendo así más dolorosa la travesía. La mayoría de los fondos que lo migrantes poseen se los envían familiares que tienen en los Estados Unidos o en sus países de origen.

“Yo no estoy pidiendo que me regalen el pasaje, sino,  que lo bajen al menos a 10 dólares” dijo Sandra, quien viaja con sus dos hijos menores y le es imposible pagar el transporte debido a que la cantidad que le cobran es de aproximadamente 40 dólares por persona sin importar la edad.

María José Sierra tiene 26 años, llegó enferma de una infección intestinal porque en el Darién tuvo que tomar agua de los ríos y según cuenta están contaminadas. Ella es venezolana, pero viajó desde Chile hasta Colombia donde se encontró con su hermano, tres sobrinos y su cuñada. Al viaje se unieron tres amigos.

“El trayecto ha sido muy duro, estamos muy cansados, en estos países el sol es muy fuerte y después de un día de caminar llueve y eso nos resfrió, uno toma pastillas y no le hacen efecto”, comentó la joven.

Para agenciarse un poco de dinero, en cada país que transita,  María José vende dulces, mientras su hermano de oficio barbero hace corte de cabello. Así poco a poco logran obtener algunos fondos para ajustar sus pasajes y  comida.

Otra de las migrantes que conversó con Radio Progreso fue Gleixberly Navas de 22 años. Ella cuenta que no ha sido víctima de extorsión, pero sí ha sido testigo de los diferentes tipos de abusos a los que se enfrentan los migrantes en la ruta migratoria. Incluso, Navas nos comentó cómo una niña de aproximadamente unos 9 años fue violentada por personas encapuchadas que portaban armas.

Migrantes se refugian de la lluvia.

Apoyo humanitario

La presencia masiva de migrantes tránsito genera situaciones contradictorias en Honduras, específicamente en Danlí, donde hay un notable crecimiento de la economía informal, inversiones en la construcción de nuevos hoteles y en beneficio del sector transporte, contrastando con la pobreza de la mayoría de los migrantes.

Esta situación la destaca la regidora de Danlí, Kenia Zerón, coordinadora de la Comisión Municipal de Migración y Derechos Humanos, al afirmar que han existido abusos incluso de parte de alguna persona que ha estado asignado al Centro de Atención al Migrante Irregular, hechos que ya son del conocimiento de las autoridades como la fiscalía.

“A mí me gusta ver las cosas en blanco y negro, no todo es negativo al ver ocupados los parques, las plazas y otros lugares de la ciudad, porque hay nuevas empresas de buses, nuevos hoteles, nuevos negocios, la migración ha generado empleo”, indica la regidora.

Sin embargo, la funcionaria afirma que aún faltan varios recursos para poder brindarles una atención de mejor calidad a las personas migrantes,  “nos faltan como espacios para que las personas no deambulen por las calles, construir algunos albergues, porque en el inicio no teníamos nada”, expresó.

La municipalidad de Danlí ha coordinado con organizaciones internacionales como Cruz Roja, Naciones Unidas, Médicos Sin Fronteras y  Organización Internacional para las Migraciones la asistencia de ayuda humanitaria, con la cual se garantiza atenciones médicas y  ayuda psicosocial para los niños entre otras.

La regidora aprovechó a hacer un llamado al Congreso Nacional, para que se apruebe una nueva Ley de Migración y Extranjería o se emitan reformas al respecto,  porque esa normativa data desde hace 20 años.

Nancy Durán, es técnica del proyecto entre ACNUR y World Visión, señaló que desde hace tres años han montado un servicio de información móvil para brindar información acerca de solicitudes de asilo o refugio a las personas que huyen de su país porque son perseguidos.

“La mayoría está solo en tránsito, quiere irse, pero hay algunos casos en los que sí se han solicitado asilo o refugio que han decido quedarse en Honduras y se les pueda brindar la protección mientras reciben un estatus”, indicó, explicando que en estos casos se remite las solicitudes a ACNUR para seguir el trámite que corresponde.

Regidora de Danlí Kenia Zerón. Detrás de la funcionaria una fila interminable de personas migrantes.

Violaciones de Derechos Humanos

La violación a los derechos humanos es visible y constante señaló el delegado departamental del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en El Paraíso,  William Alvarado, al sostener que desde las autoridades encargadas de brindar seguridad como la policía de frontera y policías preventivos cometen abusos.

 “Debido a que el flujo de migrantes va en incremento, la presencia de organismos de derechos humanos debe continuar y potencializarse para hacer conciencia al gobierno mismo por que en los últimos años ha faltado disposición, tanto en los gobiernos locales como en el gobierno central”, dijo.

Alvarado indicó que, hace aproximadamente un año la municipalidad de Danlí decretó un estado de emergencia sanitaria por el ingreso de la población migrante, pero en una de sus cláusulas se establece que “no se hará uso de ningún recurso presupuestario”.

“Hemos tenido el apoyo de organismos internacionales. Hay una falta de presencia gubernamental en temas de asistencia humanitaria,  y que,  es una responsabilidad que corresponde al Estado de Honduras, por ser firmante de tratados internacionales”.

Denunció que el tema del transporte público “es uno de los que nos tiene más preocupados,  ya que el Instituto Hondureño del Transporte Terrestre ha aprobado una gran cantidad de rutas provisionales para el traslado de migrantes con una tabla de precios que está muy por encima de lo que paga una persona nacional”.

A inicios de la pandemia por Covid-19, en el año 2020, se observaban pequeños grupos de personas migrantes en tránsito por Honduras,  mayormente de nacionalidad haitiana, pero  hoy,  a tres años de esos flujos migratorios,  se registra el ingreso al país hasta de 6 mil  migrantes por varios puntos fronterizos, especialmente Las Manos.

Si bien el Darién es una trampa mortal en la ruta migratoria de Centroamérica hacia los Estados Unidos, también  Honduras es territorio hostil. Tanto las autoridades civiles y eclesiásticas como los propios migrantes solicitan una extensión de la amnistía que los exonera del pago de una multa por transitar por el país, la cual vence el próximo 31 de diciembre.

Además, las personas migrantes solicitan seguridad en su paso y respeto a su dignidad, porque las extorsiones de grupo delincuenciales como de algunas autoridades no cesa, de acuerdo a los relatos recopilados por Radio Progreso.

Pese a esta problemática,  cabe destacar la empatía y solidaridad del pueblo Danlí hacia los migrantes. Algunos ofrecen agua, comida, ropa y buenos deseos hacia quienes cargan dolor, cansancio y patria en sus espaldas, con la esperanza puesta de encontrar mejores oportunidades de vida.