Jueves 11, Abril 2024  

Partidos políticos y sus herencias

En la vida hay machucones de dedos que nunca se olvidan. Una de las razones porque no se olvidan es porque cualquier golpe casi siempre va a dar a ese machucón que tanto escondemos y que tanto nos duele. Algo parecido ocurre con la realidad nacional cuando profundizamos en las causas de las diferentes expresiones de crisis casi siempre nos acabamos topando con un enorme machucón, hoy convertido en cáncer que se llama sistema de partidos.

Veamos algunos golpes que van directamente al machucón bipartidista. La corrupción, la impunidad, la concentración de riqueza, la pobreza, la violencia, la vulnerabilidad ambiental golpean diariamente al pueblo hondureño. Ninguno de estos problemas se explica sin vincularlos a las administraciones liberales y nacionalistas de los últimos 40 años.

Si usted busca entender la cultura política patrimonialista, no lo puede hacer sin antes reflexionar sobre la lógica de los propietarios de los partidos políticos, quiénes a todo le ponen precio. Tiene precio un líder comunitario, un funcionario público o un medio de comunicación. Desde esa lógica se ofrecen cargos y empresas del Estado para negociar candidaturas y alianzas políticas; se engavetan proyectos de ley o se aprueban leyes para asegurar la lealtad de un grupo empresarial o de la estructura militar.

Las administraciones bipardistas fueron simbólicas por vivir con la mano extendida, por el servilismo a Estados Unidos y al FMI, por la entrega de nuestros recursos naturales, por la entrega de la soberanía, por aumentar el endeudamiento estatal y porque al final de cada administración aumentó la pobreza en las mayorías y aumentó la riqueza de la minoría que financió la campaña política de los gobernantes.

Hace dos años hubo derrota del bipartidismo y hoy estamos frente a casi dos años eminentemente electorales, y por eso nos preguntamos: ¿hubo ruptura o hay continuidad de las prácticas tradicionales?