Honduras. Doña María Herrera lleva colgado en el cuello una fotografía de sus 4 hijos desaparecidos en Guerrero, México. Esta mujer se unió a la Caravana por la Paz, la Justicia y la Vidaque recorrerá 5 países (Honduras, El Salvador, Guatemala, México y Estados Unidos) recogiendo las consecuencias de la llamada “guerra contra las drogas” que el gobierno estadounidense promueve con el visto bueno de los gobiernos de estos países. La misión es llevar la voz de las víctimas a la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Drogas (UNGASS) que se llevará a cabo en Nueva York, Estados Unidos el 18 de abril de 2016.

El 18 de agosto de 2008 –cuenta doña María- dos de sus hijos salieron a trabajar vendiendo metales, como cualquier día en la ciudad de Atoyac, estado de Guerrero. Pasó la hora en que debían regresar, y nunca más lo hicieron. Raúl y Salvador estaban con 5 compañeros de trabajo quienes también corrieron la misma suerte.

“Después que esto nos pasó, supimos que era algo muy común. Que mucha gente hablaba de que los policías municipales entregaban a los muchachos al crimen organizado aquí en Guerrero, pero también en Tamaulipas, en Veracruz, en muchos lugares”, cuenta doña María quien dos años después sufrió la pérdida de sus otros dos hijos.

Cuando en 2008 doña María no entendía lo que realmente pasaba en el Estado de Guerrero, denunció. Ahora ella cuenta que denunciar fue lo que hizo que sus otros dos hijos desaparecieran ya que las autoridades, según ella, están coludidas con grupos del crimen organizado que controlan todo el país.

“Esto no es el crimen organizado, es un crimen institucionalizado, un crimen aceptado por las autoridades. Yo todos los días me levanto pensando en que no quiero morir y dejar a mis nietos con la tarea de buscar a sus padres. Yo quiero que ellos sepan la verdad, nosotros queremos saber la verdad de lo que les sucedió, si no están vivos, al menos queremos darles una sepultura decente. Si eso no pasa, mi familia seguirá destrozada, estancada, nadie puede seguir con su vida”, expresó entre lágrimas. Doña María dice que ella es “muy llorona” y que quisiera ser más fuerte.

Hoy está en Honduras, el país por donde pasa el 80% de la droga hacia Estados Unidos. Junto a la caravana dice con voz temblorosa pero fuerte que la guerra contra el narco solamente justifica la tragedia de ella y de miles de madres que buscan a sus hijos en México y Centroamérica.

Cuando en 2014, 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en el mismo estado de Guerrero, desaparecieron, doña María dijo: “Llevamos ya algunos años denunciando esto para que no se repitiera, y ahora lo estamos viviendo de nuevo”.

Al llegar a México, la caravana se reunirá con padres y madres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa quienes después de la investigación de un grupo internacional de expertos, respaldados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), han exigido con mayor fuerza el cambio de las líneas de investigación que el gobierno de Peña Nieto llevaba en que decían que los jóvenes habían sido incinerados en un basurero por miembros del cartel de la droga Guerreros Unidos confabulados con policías corruptos.

Aunque el gobierno de Enrique Peña Nieto hace alarde de su política contra drogas, su apoyo al gobierno de Estados Unidos para atacar el problema, y de capturas de capos de la droga como el “Chapo Guzmán”, México sigue siendo un país con mucho dolor, miles de desaparecidos y fosas clandestinas.

“Queremos que se detenga esta guerra estúpida”

Ted Lewis, coordinador de la Caravana y director de Derechos Humanos de Global Exchange, una organización en los Estados Unidos, ha sido un activista pacífico desde la guerra en Vietnam y un fuerte opositor de gobiernos que promueven las guerras como el de Ronald Reagan, George Bush y los actuales con sus guerras en la región latinoamericana.

“La idea de hacer esta caravana en vísperas de la Asamblea en la ONU es para llevar la voz de las víctimas de América Latina que quieren que esta guerra estúpida acabe. No podemos enfrentar un problema de salud pública como es la droga, con militarización y guerras. Eso deja miles de víctimas inocentes y no acaba el problema, la estrategias deben cambiar”, explicó.

Esta caravana está acompañada por activistas de derechos humanos de Estados Unidos, México, Uruguay, Colombia, Honduras, Guatemala y El Salvador. Así como periodistas, religiosos, pueblos originarios, estudiantes, etc.

“Los gobiernos deben respetar los consensos de la población que ya no quiere más muertes, porque las guerras son contra los pueblos. Los militares están aprovechando esto para invadir territorios y allí es de donde derivan los conflictos”, expresó este defensor de derechos humanos de nacionalidad estadounidense.

Legalización de la droga

La caravana lleva varios temas, y uno de ellos es también preguntar a las organizaciones qué piensan de la legalización de la droga, si esto sería un paliativo para la situación de violencia que el comercio ilícito está causando.

Lewis y otros miembros de la caravana dejaron claro que ellos quieren poner el tema en debate, pero no un debate vacío, sino uno en el que la gente tenga toda la información sobre el consumo, las leyes que sancionan el tráfico ilícito, lo que económicamente se pone en juego, si esto será suficiente para parar la guerra, etc.

Uno de los fines de la caravana es poner “un fin a la guerra contra las drogas para crear alternativas a las políticas prohibicionistas que impulsan la violencia y el tráfico ilícito de drogas”.

A su llegada a Nueva York, que se prevé sea el próximo 18 de abril, se realizará una caminata del Ayuntamiento de Nuevo York al Centro Correccional Metropolitano con el objetivo de resaltar los vínculos entre las reformas de políticas de drogas y de justicia penal. Además se llevará a cabo un encuentro afuera de la ONU con familiares de víctimas de la guerra contra las drogas alrededor del mundo y un evento por la tarde en la Iglesia Bautista Abisinia en Harlem con líderes religiosos en contra de la guerra contra las drogas.

La última sesión de la Asamblea General para abordar el tema del control mundial de las drogas se realizó en el 2008, cuando los estados miembros se reunieron para discutir los progresos de la declaración realizada en 1998, y para hacer una nueva.

Sebastián Sabini, Diputado de la Cámara de Representantes de Uruguay, quien ha acompañado la caravana ha compartido la experiencia de su país donde la Cannabis es legal. “Lo que hicimos fue regular el acceso. El consumo no ha crecido, hemos tenido registro de 4 mil 500 personas para autocultivar, presencia de clubes, licencias para investigación científica. Es pronto decir cuáles han sido los efectos, porque la venta para fines lúdicos no está abierta aún”, detalló.

Según el diagnóstico que hace la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) en marzo de 2016 «la impunidad, la corrupción y la debilidad de las instituciones socavan el Estado de derecho y la labor de lucha contra la droga en la región, a pesar de los intentos de reforma de los sistemas judiciales y de aplicación de la ley. En Centroamérica y el Caribe circunstancias como la pobreza, la desigualdad social y la falta de oportunidades económicas para los jóvenes han contribuido al aumento del tráfico de drogas». Además alertó que “Centroamérica y el Caribe fue la única región del mundo donde el nivel de incautación de cocaína aumentó en 2013, a 162 toneladas, en comparación con las 78 toneladas de 2012″.

“Los países debemos trabajar unidos”

Estando en Honduras, la caravana se ha centrado en las víctimas de violaciones a DDHH en la guerra contra las drogas que el actual gobierno de Juan Orlando Hernández ha promovido y legalizado con un acuerdo bilateral con Estados Unidos que contempla el trabajo de la DEA e inteligencia estadounidense sin restricciones en territorio nacional, así como un tratado de extradición. Capos de la droga extraditados han sido la carta más confiable para que el actual presidente siga en campaña política apuntando a la reelección.

Ana Pérez, de la Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh) quien se unió a la caravana, contó el caso de 4 jóvenes garífunas asesinados por militares de la Base Naval en Iriona, Colón, una madrugada en que ellos se transportaban a la ciudad. Masacres de este tipo son comunes en territorios garífunas e indígenas que se ubican en el corredor de la droga. Por Honduras pasa el 80% de la droga que se trafica hacia Estados Unidos, y es actualmente uno de los países más violentos del mundo con una tasa de 66 homicidios por cada 100 habitantes.

Las políticas represivas y militaristas del actual gobierno han sido denunciadas en esta caravana y otros espacios de defensa de DDHH, sin embargo el actual gobierno atribuye a esta política de mano dura, la baja en las cifras de violencia de 85 a 66 homicidios.

«Las zonas más preocupantes en lo que respecta a la violencia están en el litoral de Honduras, en ambos lados de la frontera entre Guatemala y Honduras, y en Guatemala a lo largo de las fronteras con Belice y México», detalla la Junta de la ONU.

«En El Salvador, Guatemala y Honduras, el 15 por ciento de los homicidios guardan relación con esas bandas, que tienen vínculos importantes con actividades de tráfico de drogas que ha aumentado, sobre todo en la frontera entre Guatemala y Honduras, debido a la intensificación de la lucha contra la droga en México.

Pérez cree que la gente está atemorizada y que los gobiernos ocultan lo que realmente sucede. “Lo que quieren es arrasar con las comunidades para que quedemos con los brazos cruzados. Por eso esta caravana es importante, porque debemos trabajar juntos todos los países que vivimos esto”, dijo.

En su paso por Honduras, la Caravana también se solidarizó con la familia de Berta Cáceres, ambientalista asesinada a principios de mes en La Esperanza, Intibucá y su organización el Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh). Asesinatos como el de Berta también responden a las presencia militar que hay en los territorios justificada con la lucha contra el narco.

Andres Hirch Soler, de Reverdeser Colectivo de México, tiene muchas expectativas en su tercer día de haber comenzado la caravana en Honduras, aún tiene un largo camino por recorrer.

“Creemos que estamos en los lugares más afectados por esta guerra, que las voces de estas sociedades deben ser escuchadas por los gobernantes en la ONU. Nunca suelen estar invitados, se queda el norte global con todas las decisiones políticas y el sur queda ignorado. Quizá no tendremos incidencia en el documento legal que vayan a firmar los más de 193 gobernantes que estén en la sesión pero sí tendrá incidencia en el debate que se está abriendo ahora en estos países sobre lo que quiere la sociedad civil que la clase política escuche”.

Los aumentos cualitativos en la violencia, la muerte, desplazamiento forzado de comunidades enteras, la destrucción del tejido social, los desaparecimientos, es lo que interconecta las realidades de la región desangrada por una guerra llamada de “baja intensidad” pero que arrasa con los pueblos. Doña María lo sufre, ella dice que murió cuando sus hijos desaparecieron y muere cada vez que sabe que hay otra madre como ella, buscando en todas las calles que pueda a sus hijos desaparecidos.

 

Medios

Caravana por la Paz, la Justicia y la VidaCaravana por la Paz, la Justicia y la Vida pasa por Honduras recogiendo el sentir de la población con respecto a las consecuencias de la guerra contra el narcotráfico. Esta caravana comenzó el 28 de marzo y culminará en las vísperas de la Sesión de Naciones Unidas con el tema de drogas que se llevará a cabo en Nueva York el 18 de abril. Esta caravana pretende llevar la voz de las víctimas que ya no quieren más militarización como respuesta a la crisis de drogas en la región.

Posted by Radio Progreso | Página Oficial on miércoles, 30 de marzo de 2016