Entrevista. Después de seis días, ocho contundentes homilías y más de 5 millones de mexicanas y mexicanos movilizados por las calles de cinco estados, el papa Francisco se despidió de México.

Para muchos sus discursos fueron contundentes en rechazo a las prácticas de las jerarquías política y eclesial que mantienen a esa nación vecina sumergida en la pobreza, violencia, desigualdad y exclusión. Para otros, Francisco guardó silencio en muchos temas.

Dirigiéndose a miles de habitantes en ciudad Juárez, el papa Francisco dijo: “estoy concluyendo mi visita a México y no quería irme sin venir a saludarlos, sin celebrar el Jubileo de la Misericordia con ustedes. Agradezco de corazón las palabras de saludo que me han dirigido, en las que manifiestan tantas esperanzas y aspiraciones, como también tantos dolores, temores e interrogantes”.

Para el analista político y coordinador de la cátedra de Estudios de México en la Universidad de Rice en Houston, Texas en Estados Unidos, Tonny Payán en cada uno de los lugares que visitó el papa dejó un mensaje de acompañamiento a los pobres, un mensaje por una nueva iglesia comprometida con los excluidos y marginalizados.

En entrevista exclusiva para Radio Progreso (RP), Tonny Payán (TP) analiza la visita del papa Francisco a México y los retos que deja su paso en una sociedad en crisis.

RP. ¿Qué sabor dejó la visita del papa Francisco a México? 

TP. Es una visita no tradicional. Hemos visto, por ejemplo las visitas de Juan Pablo II a México que han sido muy eclesiásticas, muy apegadas al protocolo de la iglesia y finalmente dejan un mensaje de espiritualidad y oraciones. El papa Francisco en cambio tiene los pies sobre la tierra, mucho más  insertado en las realidades latinoamericanas, mucho más forjado en las problemáticas sociales y políticas, la desigualdad, la pobreza la violencia, y por tanto con un pulso más claro en el caso de Latinoamérica y México, países que se abate en toda esta problemática.

RP. ¿Con cuál México se encontró el papa Francisco? 

TP. Se encontró con dos Méxicos muy paradójicos entre sí. Uno es el México de la clase política, los llamados “Mirreyes”, un grupo que cree que el poder le pertenece, que las riquezas nacionales le pertenecen, que las oportunidades les pertenecen, que el manejo del presupuesto les pertenece, etc. Y el otro México, el de los discapacitados, de los pobres, de los presos, desposeídos, de los migrantes, indígenas y con ese México estableció una conexión muy especial.

RP ¿Qué simbolismos encontró en su visita? 

TP. El viaje está cargado de simbolismos. El más importante es el grupo al cual dirigió sus mensajes, ya que están vinculados con la apuesta por esa iglesia de los pobres.

Hay tres lugares que eligió para celebrar sus homilías que son importantes. El primero es Chiapas, la zona con más indígena en todo el territorio mexicano, donde las poblaciones Mayas coinciden con los indígenas de Guatemala. Pueblos que están en completo abandono y pobreza. Allí dirigió un mensaje muy claro de apoyo a los indígenas y diciendo que los mestizos y europeos tienen que pedir perdón por tanta explotación a nuestros pueblos.

Michoacán un estado violento, donde tienen orígenes los Zetas y el narcotráfico; y allí dirigió un mensaje anti-violencia y de respeto a la vida. En el estado de México, un lugar de mucha riqueza pero a la vez que concentra cinturones de pobres y donde los últimos años la violencia, de forma particular los femicidios han cobrado mucha fuerza, allí pidió una reconciliación de la sociedad.

Y finalmente ciudad Juárez, un lugar con dos mensajes claros, el primero rechazando la explotación de la industria en contra de la clase trabajadora y otro en favor de los migrantes, exigiendo que se respeten sus derechos.

RP. ¿Cuál es la frase que rescataría de la visita del papa?

TP. Dijo varias orientadas a la reconciliación. El llamado a restaurar la familia como el primer tejido social  que ahora está roto y necesita fortalecerse para lograr la dignidad de sus miembros.

RP. ¿Cómo interpretar el mensaje que Francisco dirigió a los obispos y sacerdotes de México?  En su homilía celebrada en la ciudad de México dijo: “No se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa”

TP. En México la iglesia es paradójica y esto ha sido un problema en toda Latinoamerica en general. Hay una división oriental. Por eso él les dijo a los obispos y sacerdotes que no son príncipes sino siervos de la iglesia, lo que llama a repensar el papel que las jerarquías han tenido.

RP¿Qué modelo de iglesia está estableciendo el papa Francisco en sus diversas homilías y discursos? 

TP.  No podemos olvidar que el papa tiene espiritualidad jesuita y un vínculo directo con la propia realidad de la gente. Él está trabajando en una iglesia que esté a favor de los marginados, pobres y explotados, una iglesia que se abra a los pueblos.

RP. ¿Se pueden esperar cambios en la sociedad mexicana, en el gobierno, en la jerarquía de la propia iglesia católica tras la vista del papa? 

TP. Su visita ante la jerarquía política y eclesial no creo que traiga cambios, porque siempre han sido sordos ante las realidades de los pueblos. Hay una desconexión de los obispo con sus comunidades, los obispos no se han atrevido a confrontar el poder. Son conservadores y se contraen de la política. Creo que el impacto será en la vida de la gente que ha renovado su fe y que el papa ha hecho un cambio de discurso a lo interno de la iglesia.

La clase política mexicana luchó por tomarse la foto con el papa, hubo caso como el del gobernador de Chihuahua que se atrevió a decir que fue él quien invitó al papa.

RP.¿En qué temas el papa guardó silencio? 

TP. Creo que hubo pocos silencios de parte de este papa. La clase política mexicana salió regañada, habló sobre los migrantes, de los indígenas y sobre los pobres. Si he de identificar un solo punto en donde creo que el papa debió ser más enfático es en la economía, hablar sobre este tema más profundo, algo más estructural. Ya que es necesario decir que el capitalismo está empobreciendo más a la gente y está atrapando la institucionalidad. Pudo haber confrontado, pero él solo lo vio como justicia social.

RP ¿Debió el papa Francisco hablar públicamente sobre la pederastia? 

TP. Este tema ya ha sido abordado muchas veces, el propio papa lo está tratando con acciones en el Vaticano. Si esto hubiese sido una visita a los Estados Unidos donde el problema es bastante serio debió abordarse públicamente. Sabemos que esto no es exclusivo de EEUU, Irlanda o Europa, también se ha dado en América Latina, pero aquí creo que el problema es el celibato.

Solo enfocarse en la pederastia hubiese desviado el papel fundamental de su visita, ya que era denunciar la injusticia social y la corrupción, de la cual México está inmerso.

RP ¿Y qué paso con tratar o referirse sobre las desapariciones, el simbolismo de Ayotzinapa y los 43 normalistas? 

TP. No creo que el papa lo haya ignorado a propósito, no creo incluso que no conozca este caso, de hecho los jesuitas de México le hicieron llegar la carta de los padres y madres de los normalistas informando claramente lo que estaba pasando. Este no es un hombre ingenuo, creo que le dieron información específica de este caso antes de llegar, pero creo que abordó esta temática desde la violencia, impunidad e injusticia.

Seguramente como símbolo pudo haberlo hecho pero les dijo a los políticos lo que ellos debían de escuchar.

RP. ¿Qué enseñanzas dejó la visita del papa a México? 

TP. Puedo apuntar 3:

1-Que lo espiritual no está reñido con lo terrenal, es más, lo espiritual pasa por los terrenal. Es tener los pies en la tierra.

2-Que la iglesia no debe estar ajena a los problemas sociales, económicos y políticos, sino que todos los feligreses deben de estar metidos en la realidad de las sociedades.

3- Y el acompañamiento a lo más vulnerables. Todos estos son eslabones de una sola cadena.

RP. ¿Con qué preocupaciones cree que se fue el máximo jerarca de la iglesia católica? 

TP. Yo supongo que aprendió que la realidad es mucho más compleja que lo él podía a ver pensado. México es un país muy complicado, con una población empobrecida, con unos indígenas excluidos, con una historia de opresión y represión de  500 años, en una sociedad extremadamente desigual. La realidad sobrepasó cualquier información que el papa Francisco traía de esta nación tan compleja.

Le invitamos a escuchar entrevista Completa: Entrevista Tonny Payán. 

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