La polémica está a la orden del día en la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), dos acontecimientos marcaron el debate durante la semana: por una parte la salida obligada de la directiva del sindicato que dirigía Miguel Aguilar y la llegada de una nueva empresa que cuestiona el proceso de sociedad construido con la empresa Energía Honduras, que inició operaciones el pasado 18 de agosto y que cumple con la segunda etapa del modelo privatizador que impulsa el gobierno en la estatal.
Desde hace más de un año el Comité Técnico del Fideicomiso de Distribución decidió aprobar el inicio de operaciones del nuevo ente que desplazará de forma inmediata al Servicio de Medición Eléctrica de Honduras (Semeh).
Desde ya se dio a conocer un plan de trabajo inmediato que se diluye en la distribución, administración y facturación; además en definir un nuevo sistema de consumo donde la gente tendrá que pagar previamente la cantidad de energía que desea consumir.
Los socios de Energía Honduras son Eléctricas de Medellín que goza del 51 por ciento del capital, Unión Eléctrica S.A con el 25 por ciento, el resto corresponde a Enterprise Consulting S.A de Honduras y el Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Stenee).
El expresidente del Stenee Miguel Aguilar indicó que al principio la organización tenía derecho a un 49 por ciento de la inversión, pero no lograron conseguir financiamiento con la banca nacional, por tal razón Eléctricas de Medellín les prestó el ocho por ciento de los 358 millones de dólares que contempla el contrato de inversión.
Ese movimiento le costó el puesto al dirigente sindical al frente de la estructura obrera; la base cuestionó la sociedad con la empresa colombiana, además criticaron la falta de transparencia sobre el crédito obtenido y las intenciones de la exdirigencia sindical de firmar un acuerdo monetario con la empresa.
“La firma de ese contrato generó dudas en la base, por eso convocamos a una asamblea en la capital (Tegucigalpa) y ahí exigir un cambio de directiva que realmente le apueste a la transparencia con sus agremiados y que enfrente las políticas del gobierno”, dijo el secretario general del Stenee a nivel nacional, Ever Díaz Sarmiento.
Para Sarmiento la reestructuración era urgente, porque el sindicato fue incapaz de enfrentar los despidos del gobierno, el proceso de tercerización, de entrega de la administración al capital privado y todo se dio a vista y paciencia de su directiva. “Nosotros hasta sospechamos que los despidos eran negociados con Miguel Aguilar, él y la directiva anterior nunca enfrentaron como debe ser los ataques del gobierno a los trabajadores”, expresó Sarmiento.
La crisis en la estatal eléctrica se extendió al mismo ritmo que en las demás entidades públicas: Hondutel, Empresa Nacional Portuaria, Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados, Sanaa y el Instituto Nacional Agrario, Ina, enfrentando despidos y también se dirigen a la intervención privada.
“Llamémosle privatización a lo que sucede en la ENEE, con esta empresa Energía Honduras nos están vendiendo el discurso que todo mejorará pero atrás de todo sabemos que es una política del gobierno para privatizar”, siguió caracterizando Sarmiento.
Para el analista político Efraín Fajardo, el proceso es un claro mensaje de obediencia del gobierno a los organismos internacionales, quienes son los arquitectos del plan neoliberal que privatiza lo público.
Primer año de funcionamiento
Hasta el momento muchas dudas saltan ante el plan de trabajo de la empresa Energía Honduras, quien llega desde, la perspectiva gubernamental, como el superhéroe de la ya decaída ENEE.
Donde sí hay una claridad manifiesta es en el plan de inversión que la empresa y la ENEE harán: el convenio con el gobierno establece que la compañía invertirá un total de 63 millones de dólares anuales, por lo que la ENEE tendrá que entregar un total de quince millones mensuales, significa que en siete años y medio sumarían un total de aproximadamente mil 300 millones de dólares.
Las expectativas de los promotores es que al final del contrato, el déficit de la ENEE ya habrá desaparecidodesaparezca y en caja quedarían 88 millones de dólares, más la suma de inversiones externas, según datos proporcionados por Alfredo Reyes, gerente del nuevo ente.
Para que eso se convierta en realidad, ya tienen elaborado un plan inmediato de trabajo, que consiste en la atención exclusiva de la red de distribución e inicio de mantenimientos preventivos. Asimismo a partir de septiembre, Energía Honduras será la encargada de lectura y facturación de los contadores. Además se harán operativos sorpresas en las zonas donde se supone existe el hurto de energía eléctrica.
La polémica también se ubica en un nuevo método de consumo, denominado prepago, en el que la población deberá cancelar previamente al menos por el primer año la cantidad de energía que desee consumir.
“Realmente es preocupante lo que ocurre con la ENEE, los más afectados somos el pueblo y desde ya podemos ver que este nuevo sistema lejos de mejorar nuestra economía será un trancazo para los pobres”, dijo Norma Cruz integrante de la Mesa de Indignación en El Progreso, Yoro.
Según el informe de la empresa, se habilitarán establecimientos para que la gente pueda ir a recargar energía y así consumir lo que realmente necesite.
“El sistema prepago es una dinámica interesante, mediante esto el usuario podrá adquirir en las pulperías que estén conectadas al sistema comercial, la cantidad de energía que tengan capacidad de pagar”, dijo Reyes.
Éste es el primer paso de transición en la ENEE, que ya ha generado expectativas de la población, crisis interna en los trabajadores de la estatal y la denuncia permanente de los sectores populares de privatizar lo público.
Los despidos, el nuevo sistema de distribución y facturación, son solo algunas realidades que se convertirán en los nuevos retos para la junta nueva directiva del Stenee.