Tras la noticias que más empresas, grandes y pequeñas, están cerrando obligados por no poder pagar el “impuesto de guerra” o extorsión, el ex juez de sentencia, Ramón Enrique Barrios afirma que “este delito de extorsión no puede pasar no tiene asociados a grupos y agentes de seguridad, a grupos y agentes del gobierno”.

En los últimos años, la Fuerza Nacional Antiextorsión ha identificado a unas 15 peligrosas estructuras criminales dedicadas al cobro del mal llamado “impuesto de guerra” que atacan al comercio de pequeños y grandes empresarios, así como al rubro del transporte.

Entre esas bandas se ha identificado a la Mara Salvatrucha “MS-13”, la Pandilla “18”, Los Chirizos, el “Combo que no se deja”, Los Benjamines, la Banda de la Mafia, Los Olanchanos, la Banda del Río Blanquito, y Los Tercereños. Además están Los Independientes, la Banda de Transportistas, la de Los Copanecos, la de Pinocho, la Banda Pechuga, y la de Scarfa.

“No es cierto que sólo las maras son los grandes grupos de extorsionadores. No confundir a la persona que pasa cobrando la cuota al taxista, a la pulpería. Ése simplemente es la punta del iceberg, ese es el que cobra, pero ese no es el extorsionador” aseguró el abogado Barrios.

Radio Progreso (RP) dialogó sobre este grave delito con el ex juez de sentencias Ramón Barrios (RB).

RP. ¿Cómo sabe usted del tema de la extorsión?
RB. Muchas veces, en mi labor como juez en el Tribunal de Sentencia, dimos las primeras condenas y están las primeras sentencias por el delito de la extorsión. Encontrábamos a los diferentes testigos, a los diferentes testimonios. Escuchamos sus historias, como operaba este delito de extorsión.

RP. ¿De dónde nace la extorsión?
RB. La extorsión no es una cuestión nueva. En los años 40´s y 50´s, en las grandes ciudades de los Estados Unidos: Nueva York, Chicago, Los Ángeles, los grupos de gánsters empezaron extorsionando a los negocios, es decir, pasaba un representante de los gánster cobrando una cuota a los negocios a cambio de protección. Eso empieza con los grandes mafiosos italianos, irlandeses, los inmigrantes estaban en Estados Unidos.

RP. ¿Y en Honduras, por qué no se paró?
RB. Lamentablemente nos ha pegado en los últimos cinco años en el país. Yo creo que el Estado se dio cuenta que comenzaba este delito y no se paró. Uno más o menos puede tener la respuesta en el sentido que los grandes grupos de la extorsión de este país, no hay duda, que estaban ligadas a miembros de la Policía Nacional y a miembros y grupos de políticos activos de este país.

RP. La extorsión, ¿es un asunto de maras?
RB. No es cierto que sólo las maras son los grandes grupos de extorsionadores. No confundir a la persona que pasa cobrando la cuota al taxista, a la pulpería. Ese simplemente es la punta del iceberg. Ese es el que cobra, pero no es el extorsionador. Mientras el gobierno y mientras que los grupos de investigación no le caigan, no golpeen a la estructura que está arriba, entonces la extorsión no va a desaparecer y al contrario, va a pasar lo que tenemos ahora que es una industria.

RP. ¿La extorsión tiene una intención únicamente económica?
RB. Inicialmente es una intención económica ya que busca cobrar una cantidad de dinero a cambio de una supuesta protección pero si usted no cumple esa cuota económica pues este delito de la extorsión pasa al sicariato, al asesinato, al robo, al homicidio. Entonces tiene una secuela el delito de la extorsión que va más allá del simple cobro de una cuota económica.

RP. ¿Qué piensa usted de la Operación Avalancha: el gobierno contra la Mara MS por la extorsión?
RB. Ha sido la única operación de investigación del Ministerio Público donde se atacó no solamente al pequeño extorsionador que cobra la cuota sino que se llegó a miembros importantes de la estructura.

RP. Pero la extorsión sigue…
RB. Porque la Mara MS no es la única. Usted ha visto como en las últimas semanas se ha recrudecido la industria y como se han hecho sentir los grupos de extorsión como un mensaje al gobierno de decirle aquí estamos y seguimos controlando la actividad económica del país. Yo creo que el delito de extorsión ha desbordado a los entes de investigación del país.

RP. ¿Por qué va en crecimiento este delito?
RB. El delito de extorsión no puede pasar si usted no tiene asociados a grupos y agentes de seguridad, a grupos y agentes del gobierno.

RP. ¿Cómo operan?
RB. Mire, el país está repartido. Hay grupos de extorsión de acuerdo al territorio. Una ciudad está estructurada en territorio, y un territorio le pertenece a cada grupo de extorsionadores. Dentro de ese territorio hay otra clasificación: grupos de negocios. Están los negocios comerciales, están las industrias. Luego se llega al barrio y están las cuadras, a quién le toca esta cuadra, a quién le toca la siguiente cuadra. No es tan fácil, es toda una nomenclatura compleja, es toda una industria, es toda una empresa.

RP. ¿Aprendió la ciudadanía a vivir con la extorsión?
RB. Sí, la ciudadanía, el comerciante, todos somos afectados por la extorsión. Hemos aprendido a convivir más por temor que realmente lo hagamos como una manera de vivir. El problema es que si usted no paga la extorsión en realidad tiene consecuencias para sus bienes y para su persona.

RP. ¿Por qué hemos llegado a esta dramática situación?
RB. El principal responsable, no hay duda, es el gobierno. Y aquí quiero decir que no sólo el actual gobierno, sino los gobiernos pasados cuando empezó, incipientemente, esta industria de la extorsión. Me parece a mí que son responsables este gobierno y los dos gobiernos anteriores por no haber previsto hasta dónde iba a llegar este delito de la extorsión.

RP. ¿Qué representa la extorsión para los grupos delictivos?
RB. Un financiamiento enorme. Por ejemplo, de cada 100 taxis que hay en San Pedro Sula, 98 pagan el delito de extorsión. Otro ejemplo son las dos grandes compañías de telefonía que tienen en su presupuesto el pago de la extorsión.

RP. ¿Quién se enriquece?
RB. El problema es que se está enriqueciendo un pequeño grupo en el país. Además se están enriqueciendo con actividades delictivas. Pero además están infiltrados, no tengo ninguna duda, dentro de la Policía Nacional,  dentro de los órganos de investigación, dentro de la clase política del país.

RP. ¿Cómo incide esto en la vida ciudadana?
RB. Una inseguridad total. Usted tiene una inseguridad ciudadana por un lado, porque usted ya no quiere invertir en ningún rubro comercial industrial, y por otro lado, la falta de seguridad jurídica porque por mucho que haya una promoción a la inversión por parte del gobierno, esto es muy difícil, nadie va querer venir a invertir al país donde nadie quiere pagar el delito de extorsión, pero además de que si no lo hace puede pagar hasta con sus bienes, y si no con su vida.

RP. ¿Cómo se conecta la extorsión con los centros penales?
RB. No hay duda que dentro de los centros penales hay actividad ilícita. Muchas de las extorsiones provenían de los centros penales. Esto ha mermado bastante porque hay un poco más de control. Sigue habiendo llamada para extorsionar pero la industria es tan lucrativa, tan expansiva que ya no es necesario que los grandes dirigentes de la extorsión en Honduras estén en los centros penales. Al contrario, los grandes grupos organizados de la extorsión están fuera de los centros penales y yo me atrevo a decir que están incrustado en la Policía, en los órganos de investigación y en algunos políticos que están ejerciendo funciones de mando en el gobierno actual.

RP. ¿Ha sido víctima de un intento de extorsión o está siendo extorsionado actualmente?
RB. Afortunadamente no, pero tengo familiares muy cercanos que tienen negocios en barrios populares. Alguien que tiene una pulpería, alguien que tiene una venta de pollo, están siendo obligados a pagar 500 lempiras semanales, y si no los tiene sencillamente no puede operar.

RP. ¿Cómo contrarrestarlo?
RB. Mire, hay que hacerle una reingeniería al país. Hay que hacerle una depuración pero no solamente una depuración a la Policía. La depuración tiene que llegar al ejército, la depuración tiene que llegar al Poder Legislativo, al Poder Judicial y a todo el gobierno de la República de Honduras. El gobierno, en muchos aspectos, está extorsionando al país. Nos extorsiona económicamente, nos está extorsionando políticamente.

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